La Cerdanya y el Ripollès se cierran hasta Reyes al dispararse la epidemia
El crecimiento, que empezó hace dos semanas, está relacionado con los visitantes
La Cerdanya y el Ripollès cierran. No se podrá ir a una segunda residencia o a casas rurales aprovechando las vacaciones. La incidencia acumulada en estas comarcas multiplica por 7 y por 5 respectivamente la media catalana y el volumen de pacientes por infección de Covid-19 está desbordando los dos hospitales de ambas zonas, que además tienen a varias decenas de profesionales enfermos o en aislamiento preventivo.
Anoche Salut e Interior anunciaron las nuevas medidas a las nueve de la noche para evitar la tentación de adelantar las salidas y que no les pillara la prohibición de entrar y salir, salvo por motivos laborales o de urgencia.
El cierre también supone la clausura de toda la restauración y la práctica de deporte en locales cerrados. Pero las estaciones de esquí permanecerán abiertas sin servicios de hostelería. El Govern mantendrá reuniones con los consells comarcals para acordar ayudas especiales a los sectores más dañados por esta situación en el momento de mayor actividad económica.
Las medidas especiales para los días festivos también se estrechan para ambas comarcas: en lugar de que se puedan encontrar hasta 10 personas de dos burbujas en las comidas navideñas, el máximo será de 6.
Una de cada cuatro personas que pasa la prueba de detección en alguno de los cribados en estas comarcas da positivo. El 24%, cuando lo habitual en los cribados es alrededor del 1%. La velocidad de contagio, la Rt, que en Catalunya es de 1,5-1,4 estos últimos días, supera en la Cerdanya el 2,34. Y aunque aparentemente el número de personas infectadas no es tan alto (209 ayer en la Cerdanya, 200 en el Ripollès) eso supone que tienen una incidencia acumulada de 1.811,9 afectados por cada 100.000