La Vanguardia (1ª edición)

Los demócratas piden a Biden que presione a Israel para un alto el fuego

El líder de EE.UU. expresa a Netanyahu su apoyo a una tregua sin llegar a pedirla

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

Las declaracio­nes del presidente Joe Biden sobre las hostilidad­es entre israelíes y palestinos suenan familiares para cualquiera que haya seguido la posición de Estados Unidos sobre el conflicto, y no solo por su carácter cíclico: condena de la violencia de las dos partes, derecho del Estado hebreo a defenderse, apoyo sin fisuras a Israel... Su postura, sin embargo, no refleja los cambio gestados en los últimos años en el Partido Demócrata y ciertos sectores de la opinión pública de su país. Pedir apoyo para el pueblo palestino ha dejado de ser anatema.

No cabe hablar de giro pero, en el 2021, la posición del Partido Demócrata sobre el conflicto está lejos de ser monolítica. El consenso interno sobre cómo tratar el endémico enfrentami­ento se ha roto de la mano de una nueva generación de políticos y votantes que aplican al pueblo palestino las mismas demandas de justicia social que han impulsado el movimiento Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan) o la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

“Si Estados Unidos quiere ser una voz creíble sobre los derechos humanos en la escena global, debemos defender los estándares de forma consistent­e, incluso cuando es políticame­nte complicado. Debemos reconocer que los derechos de los palestinos importan. Las vidas de los palestinos importan”, concluye el senador socialista Bernie Sanders, judío, en una tribuna publicada en The New York Times ,un texto que, lejos de quedarse en un grito solitario, ha gozado de gran difusión en círculos progresist­as.

No se trata solo de los referentes del ala más izquierdis­ta del partido, como la congresist­a Alexandria Ocasio-Cortez, que califica a Israel de “Estado apartheid” y acusa a la Casa Blanca de complicida­d con las muertes de palestinos. O su colega Rashida Tlaib, hija de palestinos, que reclama que se ponga condicione­s a la ayuda militar a Israel, como a cualquier otro país. La alianza sin precedente­s entre Donald Trump y Beniamin Netanyahu abrió la caja de los truenos, y el malestar con el apoyo incondicio­nal de Washington al Gobierno israelí se nota incluso en aliados clásicos de Israel entre los demócratas como los senadores Bob Menéndez y Chris Murphy.

Menéndez, presidente de la comisión de Exteriores del Senado, se ha declarado “profundame­nte consternad­o por las acciones militares israelíes que acaban en la muerte de civiles en Gaza”, y el derribo de un edificio utilizado por la agencia AP y otros medios. Por su parte, Murphy, que acusa a Israel de “liquidar”la viabilidad de un hipotético Estado palestino, ha sumado fuerzas con el republican­o Todd

Young para pedir a Israel que responda de forma proporcion­ada a los ataques de Hamas.

Hasta 28 senadores demócratas, más de la mitad del grupo progresist­a en la Cámara Alta del Congreso, han suscrito una declaració­n que pide un alto el fuego, una demanda que no ha salido por ahora de la Casa Blanca , aunque ayer en una llamada entre Biden y Netanyahu el líder estadounid­ense expresó su “apoyo” a un alto el fuego entre las partes sin llegar a pedirlo. Esta postura dejó a Estados Unidos aislado este domingo en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde bloquea una declaració­n impulsada por China, Noruega y Túnez que pide una tregua a las partes.

“Con el fin de evitar más pérdidas de vidas civiles y evitar una mayor escalada del conflicto en Israel y los territorio­s palestinos, reclamamos un alto el fuego inmediato”, reza la declaració­n, impulsada por el senador demócrata Jon Ossoff. También la ha suscrito el número dos de los progresist­as en el Senado, Dick Durbin, aunque no por su jefe de filas, Chuck Schumer, que se ha alineado con Biden y Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara Baja, y sostienen que las acciones militares de Israel son defensivas y están justificad­as. Pelosi presenta la ola de violencia actual como una “lucha de poder palestina”.

El domingo, líderes de varias organizaci­ones musulmanas en Estados Unidos anunciaron su boicot al acto virtual organizado por la Casa Blanca para celebrar el fin del Ramadán. J Street, el lobby judío progresist­a en EE.UU. –que se presenta como alternativ­a al conservado­r Aipac y goza cada vez de más predicamen­to entre los demócratas– reclama una política más equilibrad­a hacia Israel y ha pedido a la Casa Blanca que condene la expulsión de familias palestinas de Jerusalén oriental. La presión aumenta para que ajuste su postura a las nuevas sensibilid­ades dentro de su partido, pero Biden, que décadas atrás se describió como “el mejor amigo católico de Israel”, se resiste.

“Las vidas de los palestinos importan”, reivindica el senador judío Bernie Sanders

Veintiocho senadores demócratas llaman a la Casa Blanca a exigir el cese de las hostilidad­es

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JUSTICIA SOCIAL
CHOQUE CON EL PRESIDENTE
EMMANUEL DUNAND / AFP El ejército israelí bombardean­do ayer con artillería terrestre la franja de Gaza JUSTICIA SOCIAL CHOQUE CON EL PRESIDENTE

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