Con Cedó, mejores
Mare de sucre
Autoría y dirección: Clàudia Cedó
Intérpretes: Andrea Álvarez, Ivan Benet, Marc Buxaderas, Mercè Méndez, Judit Pardàs, Maria Rodríguez, Teresa Urroz Lugar y fecha: TNC (13/V/2021)
Esta crítica de Mare de sucre estuvo a punto de no escribirse. Ganó la curiosidad, la confianza en Clàudia Cedó y las recomendaciones. Ya en el teatro, el prejuicio parece confirmarse con un público que reacciona como en una función de fin de curso. Otro error: no centrarse en la lección teatral de una autora que nos sacude con obras sobre asuntos que la sociedad sepulta en el silencio. Tan profundo, que ni se percibe como culpable.
Estamos ante algo muy serio, sin una concesión a simplificar la vida o los sueños para hacer teatro. Incluso los momentos cómicos no son risas regaladas. Y las emociones afloran honestas para permitirnos repensarnos a fondo como sociedad. También las buenas intenciones que perpetúan la línea divisoria entre ellos y nosotros. Sus protagonistas solo piden presentarse a los demás como individuos libres de dudar y equivocarse. Y la autora solo pide que escuchemos y aprendamos, como el personaje de Maria Rodríguez: trabajadora social que entiende que el mundo es renuente a mejorar. Rodríguez y una sensibilidad que trasciende el escenario.
Gran actuación que compite con las de Ivan Benet y Teresa Urroz y, sobre todo, con las de los intérpretes de Escenaris Especials. Como Andrea Álvarez, la protagonista, que asume con éxito el reto de transitar por todos los registros dramáticos de un texto que pasa de lo onírico a la denuncia ética o el monólogo interior. Impacta el momento de honda rabia de Judit Pardàs, y el trabajo gestual de Mercè Mèndez como contrapunto cómico. Y destaca la fuerza interpretativa de Marc Buxaderas, que concentra toda la atención con su delicado trabajo de emociones hacia dentro y fuera, íntimo y explosivo.