Ceferin estuvo muy frío y distante con Laporta en la final de Göteborg

Con poco tiempo para reuniones y condicionados por los protocolos anticovid, se esperaba poco en el seno del FC Barcelona del primer encuentro entre Joan Laporta y Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, después de la fallida creación de la Superliga europea. La cita se produjo en el palco de autoridades del estadio Gamla Ullevi con motivo de la celebración de la final de la Champions femenina entre el Chelsea y el Barcelona y lo sucedido estuvo a la altura de las expectativas: la frialdad reinó en el ambiente.

Laporta y Ceferin, después de un primer saludo muy tibio por parte del presidente de la UEFA, ocuparon asientos cercanos para seguir el partido pero apenas conversaron. Ya sobre el césped, coincidiendo con la entrega de premios, el mandatario esloveno felicitó por cortesía al presidente blaugrana por la victoria de su equipo.

La idea del Barça previa al encuentro pasaba por intentar rebajar la tensión entre ambas partes aunque sin caer en servidumbres, ya que la cúpula directiva defiende que su posición en la Superliga ha sido clara y no desleal, y la competición en la actualidad se encuentra en una vía muerta. Otra cosa, consideran en la entidad blaugrana, es que esa liga se hubiera puesto en marcha con los 12 fundadores. En el club también se considera que cualquier sanción, por muy dura que sea, que se aplique para castigar a los tres clubs que aún no han abandonado el proyecto (Barça, Madrid y Juventus) será rebatida en cualquier tribunal de justicia europeo debido al velado monopolio que promulga la UEFA.