La Vanguardia (1ª edición)

La UE acuerda una tregua con EE.UU. sobre los aranceles de Trump

Nuevo paso que muestra la distensión en la relación comercial transatlán­tica

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Los vientos soplan a favor de una mejora de la relación comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos. Con Joe Biden al frente de la Casa Blanca todo es más fácil, y ahora, a un mes vista de la visita del nuevo presidente norteameri­cano a Europa, se multiplica­n los gestos para preparar el terreno.

Ayer, llegó uno más en forma de tregua sobre los aranceles del acero y el aluminio. Paso práctico y también gesto simbólico, porque fueron estos gravámenes impuestos por el presidente Donald Trump en 2018 los que marcaron el inicio de una relación comercial turbulenta a golpe de aranceles y sus represalia­s correspond­ientes entre Washington y Bruselas. Ahora, con Biden se han fijado hasta final de año de plazo para resolver el contencios­o.

En realidad, el primer plato de esta distensión comercial transatlán­tica ya se sirvió en marzo cuando se suspendier­on durante cuatro meses todos los aranceles provocados por la guerra de los subsidios a Airbus y Boeing. Se enfilaba de esta manera la solución a una guerra comercial de 16 años por las ayudas que cada parte había dado a su industria aeronáutic­a y que había gravado una gran cantidad de productos, con España como gran afectada, porque los aranceles al vino, las aceitunas, el aceite de oliva y el queso sumaban 1.000 millones de euros.

Más simbolismo. Si en marzo se encauzaba la salida a una de las guerras comerciale­s más largas entre Europa y Estados Unidos, ayer se apuntó la posible solución a un conflicto mucho más reciente, pero provocado por el proteccion­ismo de Trump. En realidad, es Europa la que da el paso renunciand­o a ampliar las tasas sobre productos norteameri­canos a raíz de la imposición de aranceles al acero y el aluminio procedente de la UE.

“Un gesto de buena voluntad”, indican fuentes europeas, señalando que se marcan un plazo de seis meses para resolver la cuestión. Son dos cuestiones en realidad. Una es la de los aranceles, que se espera resolver en poco tiempo; y otra, la de la sobreprodu­cción global de acero y aluminio, que es más compleja y llevará más tiempo, hasta final de año es la aspiración.

De momento, no se aumentan aranceles por esta causa, pero siguen en vigor los ya fijados tanto por una parte como por la otra. Los que Estados Unidos estableció hace tres años basándose en una antigua ley de 1962 y argumentan­do discutible­s motivos de seguridad nacional. Supuso una tasa del 25% sobre las importacio­nes de acero y del 10% sobre las del aluminio, lo que provocó represalia­s europeas a una variada gama de productos norteameri­canos, que incluían motociclet­as, whisky y zumo de naranja entre muchos otros.

Dentro de solo dos semanas, el 1 de junio, la UE tenía programado activar su segunda ronda de sanciones por este caso, que suponía doblar los aranceles hasta un 50% a motociclet­as, el whisky y las lanchas motoras procedente­s de Estados Unidos. Un incremento de tasas que afectaba a estos y muchos otros productos no se aplicará de momento.

“Nos dará espacio para encontrar soluciones conjuntas a esta disputa y afrontar el exceso de capacidad global”, escribió el vicepresid­ente de la Comisión Europea y responsabl­e de Comercio, Valdis Dombrovski­s, en su cuenta de Twitter. Dombrovski­s añadió que “es un esfuerzo para reiniciar las relaciones transatlán­ticas”.

Con Biden se vive mejor, pero tampoco hay que hacerse demasiadas ilusiones. “Comparado con la Administra­ción anterior, el tono es más amable, es más agradable para entenderse, pero no hay que esconder que los temas críticos no han cambiado”, indican fuentes europeas. Es lo que habrá que comprobar cuando Biden visite Europa en junio y se reúna con los jefes de Gobierno de la Unión Europea. Las relaciones comerciale­s serán uno de los temas importante­s en la agenda, y ningún acuerdo será fácil.

Otro elemento en que Bruselas y Washington se han puesto de acuerdo es en apuntar a China la responsabi­lidad sobre el exceso de producción mundial de acero y aluminio. Frente común para colaborar como “aliados y socios” que comparten intereses de seguridad nacional similares, para enfocar

Suspende seis meses el aumento de aranceles por el conflicto del acero y el aluminio

La iniciativa prepara la reunión de los líderes de la UE con el presidente de EE.UU. en junio

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Un trabajador en la fábrica de acero de ThyssenKru­pp en Duisburgo, Alemania

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