Titular con gancho pero sin truco
Los enunciados que no cumplen con las expectativas que generan provocan frustración en los lectores
El lector Juan Francisco Galván se llevó la semana pasada una decepción al entrar en una pieza de la web de La Vanguardia que llevaba por titular “¿Por qué se enfadó el león del zoo de Barcelona?”. El contenido no era el que se esperaba y me escribió un correo electrónico en el que lamentaba que “está muy de moda lanzar titulares que atraigan la primera vista del lector, pero que luego cuando leemos la noticia no mola”. La noticia a la que se refería forma parte de la iniciativa del diario Las Fotos de los Lectores, en la que se publican fotografías que estos envían. Para Galván, el titular y el texto que acompañaban la imagen de un león mostrando los dientes y rugiendo no se correspondía con la realidad. A su modo de ver, el felino no estaba enfadado sino que seguía los pasos propios del ritual de apareamiento y el titular era engañoso.
Toni Ayala, responsable del área de Participación, explica que los artículos de esta sección tienen la particularidad de que “son en primera persona y los firman los propios lectores”. La mayoría de las veces, las fotografías que nos envían permiten ver la actualidad a través de sus ojos, explica Ayala, pero en otras ocasiones son imágenes curiosas que quieren compartir con la comunidad de La Vanguardia. Desde el área de Participación se busca en todos los casos un titular sugerente, que exprese el punto de vista del lector, sabiendo que este puede no ser una verdad absoluta sino una visión subjetiva.
Por este motivo, no creo que este sea un caso de clickbait, pero sí es cierto que los lectores están muy alerta ante este fenómeno que consiste en introducir un cebo en el titular para conseguir que el lector entre en la noticia aunque el contenido no se corresponda con lo prometido. Tal y como apuntaba Jordi Évole en su artículo de este sábado, la mala praxis de exagerar o vender humo no es nueva ni exclusiva de los medios digitales. La prensa sensacionalista existía mucho antes que internet.
Los buenos titulares, eso sí, tienen que tener fuerza y gancho. Tienen que sintetizar, en unas pocas y precisas palabras, la esencia de la información y al mismo tiempo despertar ese interés que anime al lector a querer saber más. Un buen titular y un titular clickbait pueden llegar a parecerse mucho, pero solo el primero supera la prueba del algodón de los lectores, que detectan rápidamente cuando se les quiere dar gato por liebre. Si La Vanguardia ha sabido ganarse la confianza de los lectores a la largo de su historia y ahora sigue avanzando con éxito en el modelo de suscripción digital no es forzando los titulares para conseguir más visitas, sino asegurándose de que los lectores sepan que tras esos titulares siempre se encuentra la mejor información.