El Sónar saca nota en su paulatino regreso a la normalidad
Las músicas híbridas de Die Wilde Jagd y de Emmanuelle Parrerin deslumbraron
El Sónar puede estar satisfecho del esfuerzo realizado para acelerar el regreso a la normalidad, no tanto por los guarismos de asistencia, ya que los límites marcados por el Procicat eran más que restringidos (aforo de 1.900 personas en todo el CCCB), sino por la oferta exhibida. En ella cabe tanto la creación de un festival de nuevo cuño con la inteligencia artificial y su relación con la creación musical como eje, como la manera de acercarla a un público no necesariamente especialista o muy interesado en el tema.
Y para completar la carta, una edición del Sónar + D que ha ofrecido de forma condensada las pautas para recuperar el disfrute de la no convencional creación sonora y musical (sold out el sábado), con un fin de jornada en cada uno de sus dos días de una forma más convencional como fueron los dj sets ofrecidos por Nina Kraviz el viernes y Laurent Garnier el sábado en un repleto Hivernacle del Poble Espayol.
Ayer sábado, con disuasoria inestabilidad atmosférica por la mañana, la música mandó, ofreciendo dos propuestas híbridas con una manera de hacer basada en la iniciativa humana, con el respaldo fundamental de la tecnología. Por una lado, los alemanes de Die Wilde Jagd con su pop electrónico postindustrial que diluye la barrera entre instrumentación analógica y electrónica. Y por el otro, la francesa Emmanuelle Parrenin, considerada la dama del freakfolk y que asociada al mago de los samples Detlef Wienrich y el saxo Quentin Rollet construye un universo sonoro fascinante con su voz , sus ruidos y su zanfona.
Y también mandó el intercambio de opiniones que tuvieron el realizador de cine JA Bayona y el dj Laurent Garnier, moderados por el comisario de Sónar +D, José Luis de Vicente. Bayona dijo que esperaba que tras la pandemia la gente volviese al hábito de ir a las salas en vez de optar por la comodidad: “Ahora mismo es muy difícil valorar una película si no hay esfuerzo; ahora todo es muy sencillo de ver, y este mundo no me gusta”. Y también sentenció, aplicable a la música, sobre el futuro: “El modo de cómo se cuente una historia puede variar radicalmente; lo más importante es lo que cuentas, la tecnología es importante en lo que haces pero si no tienes claro que lo más importante es el mensaje, te puede destruir”.
Garnier, aunque dijo que cuando saca un álbum lo importante es saber como lo hace para atraer la atención del público, sentenció sobre esa cosa que tanto pesa en la industria musical: “El algoritmo no funciona; solo uno mismo puede ser su algoritmo”.c