La Vanguardia (1ª edición)

Cerámica, bisutería o taburetes creados por mujeres y hombres que han vivido al raso llenan las estantería­s

- ROSA M. BOSCH

Elvira cose con delicadeza el lomo de un libro. A su lado, Abdel se afana en forrar con telas floreadas las tapas de pequeñas libretas. Detrás, Pere y Youssef elaboran lámparas con chapa de madera... La Troballa es un taller de talleres, espacios que conviven en una antigua fábrica conservera de la calle Ample de Barcelona. Aquí, personas que han dormido en la calle aprenden a crear piezas únicas y pasan unas horas en compañía. La Fundació Arrels puso en marcha La Troballa hace ya dos décadas y ahora ha dado un nuevo paso con la inauguraci­ón, el próximo miércoles, de una tienda anexa a este local.

“Lo que buscábamos al abrir La Troballa era reforzar el vínculo de Arrels con ciudadanos sin hogar que vivían en pensiones y que durante el día no tenían donde ir. Hacer algo artístico, artesanal y único, ligado a sus motivacion­es, lo facilita”, comenta Rocío Alonso, la coordinado­ra del programa ocupaciona­l de esta fundación dedicada a la atención de personas sin hogar. Al principio se enfrascaro­n en realizar calendario­s y postales, acudían a La Troballa para sentir que alguien los esperaba; ahora hacen multitud de artículos en una nave que rezuma calidez. Al fondo, delante de un pequeño patio collares, tazas de cerámica, velas, decoración navideña, libretas, lámparas, taburetes y otros asientos fruto de la colaboraci­ón con el diseñador Curro Claret. También asoman en un rincón mesas auxiliares. Todos estos pequeños muebles se han hecho con madera de descarte. “Primero pulimos los tablones que nos llegan, las tratamos con aceites y hacemos las distintas piezas. Además de venderlas también las alquilamos”, cuenta Juan Carlos, el profesor de carpinterí­a. El espectácul­o Out of cage, en el Auditori, lució varias de sus mesas, un revulsivo para sus creadores.

Youssef y Pere aprovechan la chapa de madera de haya que sobra del proceso de elaboració­n de las tapas de las libretas. Largas tiras de este material se trenzan y dan forma a lámparas. Youssef lleva tiempo en La Troballa y los sábados también ayudará en la tienda; Pere es nuevo, su primer día fue el pasado miércoles.

“El hecho de participar en la realizació­n de piezas bellas genera un plus de satisfacci­ón, además recuperan la cultura del trabajo que habían tenido en etapas anteriores”, explica Rocío Alonso. La tienda nace con la vocación de consolidar­se en punto de encuentro entre los hombres y mujeres que han subsistido al raso y la ciudadanía. “Explicarem­os la situación de la personas sin hogar, queremos que las conozcan, que hablen con el artesano que ha hecho el producto que se llevan. También vendrán escuelas y otros colectivos”, añade.

Cada semana acuden a esta suerte de escuela-taller unas 25 personas, la mayoría ya duermen en pisos o en la Llar Pere Barnés. A cambio de su implicació­n en el proyecto reciben una pequeña ayuda económica, aunque quizás lo que más valoran es la calidez de un entorno en el que se sienten acompañado­s y útiles.c

 ?? CÉSAR RANGAY ?? Abdel, de pie, junto a uno de sus compañeros, ultimando libretas y tarjeteros en el área destinada a encuaderna­ción
CÉSAR RANGAY Abdel, de pie, junto a uno de sus compañeros, ultimando libretas y tarjeteros en el área destinada a encuaderna­ción
 ?? CÉSAR RANGAY ?? Abdel junto a Marta Vallès, la responsabl­e de la tienda, y un voluntario preparando los productos
CÉSAR RANGAY Abdel junto a Marta Vallès, la responsabl­e de la tienda, y un voluntario preparando los productos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain