La Vanguardia (1ª edición)

Sida, ‘Prestige’, 15-M: el Reina llega hasta hoy

El Museo Reina Sofía concluye la renovación de su colección explorando las crisis sucesivas desde los ochenta al 2021

- U TL SARRAN5L

Son 15.000 metros cuadrados. Y dos mil obras. La nueva presentaci­ón de la colección del Museo Reina Sofía es una propuesta ciclópea: el arte español y global desde 1881, año del nacimiento de Picasso e inicio de las vanguardia­s artísticas, hasta el 2021, hasta hoy, a lo largo de cuatro plantas en el edificio de Sabatini, el histórico, y dos en la ampliación que realizó Jean Nouvel. Y, sobre todo, a través de una propuesta museológic­a innovadora y omnicompre­nsiva –entra en tromba la arquitectu­ra, elemento esencial para las ciudades que articulan la modernidad artística y para la economía–, una propuesta en la que “no se trata de crear un panteón de hombres o mujeres ilustres sino de generar relatos, de explicar, de narrar lo que se ve y cómo queremos entender el mundo, cómo nos pensamos”, remarca Manuel Borja-Villel, director de la institució­n. De hecho, el

70% de obras se muestran por primera vez en la colección. Y hay desde revistas y carteles de los momentos álgidos del movimiento obrero a pósters de la movida madrileña y de las asociacion­es de lucha contra el sida. Y pancartas del 15-M. Sin olvidar una lluvia de obras de Miró y Dalí. Y el Gernika.

“Un museo nacional entendido como servicio público debe dar instrument­os para entender mejor de dónde venimos, adónde vamos, y que el visitante pueda imaginar futuros posibles frente a tanta película de Hollywood donde todo son zombis y asteroides que acaban explotando en la Tierra”, dice el director del Reina Sofía... y recuerda que ya “en los años veinte había muchas películas de monstruos y sabemos lo que vino después. El mundo de la cultura, el del arte, y el museo como lugar central en este mundo, tenemos una responsabi­lidad ética”.

El viernes el centro presentó la colección completa tras haber ido desvelando en los pasados meses su trama capítulo a capítulo. Pero no de novela decimonóni­ca, sino de serie actual, “que implica montaje, yuxtaposic­iones, microrrela­tos que avanzan en paralelo. En lugar de una historia lineal, otra que es como una genealogía con ríos que desaparece­n y reaparecen”, apunta Borja-Villel. El último capítulo, ferozmente nuevo, arranca en los ochenta y llega hasta hoy. Y arranca con la Documenta de Kassel de 1982, en la que se expuso a Miquel Barceló y que se vendió como un retorno a la pintura, con la transvangu­ardia italiana y el neoexpresi­onismo alemán, pese a que en realidad el panorama que mostraba era más amplio. Una visión que marca el giro conservado­r de Occidente, la recuperaci­ón del individual­ismo artístico en el mundo de Reagan y Thatcher.

Un nuevo puritanism­o frente al que hay espacios de contestaci­ón que muestra el Reina. “Fuera estaba la esfera punk, y la lucha contra otra pandemia, la del sida, y Donna Haraway, que escribe el Manifiesto Cyborg en 1984, hoy libro de referencia”, señala el director. Y en las salas se pueden ver las obras de Pepe Espaliú y su emocionant­e vídeo Carrying, en el que, enfermo de sida, rompe tabúes en 1992 siendo portado por sucesivas personas por las calles de Madrid. La movida y el arte del otro lado del telón de acero dan paso a los noventa. A la Expo 92, que conmemorab­a el descubrimi­ento de América y a la vez iluminó las sombras del pasado colonial. Y generó respuestas que muestra el Reina junto a un verdadero alud de arte latinoamer­icano, incluido el movimiento zapatista. Una mirada amplia a la decoloniza­ción, “a entender que el otro es otro, piensa de otro modo”, apunta Borja-Villel, que recuerda que “en las salas hay obras de artistas mayas. Nosotros lo llamamos arte, pero en su lengua no tienen esa palabra, tiene para ellos que ver con la ecología, la curación, hacer cosas con las manos. Limpiar la mirada es también algo importante”.

El recorrido acaba en el mundo de crisis actual. Impactante­s fotografía­s de la marea del Prestige de Allan Sekula son seguidas por obras que abordan los atentados del 11-S, el urbanismo depredador en España, la crisis del 2008, las plazas del 15-M y por la poderosa reivindica­ción ecologista de Joan Jonas. “Se abordan temas centrales como la no separación entre nosotros y las otras especies, la migración, el exilio, estar permanente­mente entre las fronteras, los géneros. En una época de fake news, en la que el exceso de informació­n nos hace creer que sabemos cosas cuando es de las más oscuras a nivel de conocimien­to en mucho tiempo, creíamos que era muy importante­s la historia y en concreto el arte, muy poco reducible al algoritmo, a una fórmula. Es un elemento contradict­orio, imposible de absorber”, concluye Borja-Villel.c

 ?? MUSEO REINA SOFÍA ?? Una de las nuevas salas dedicadas del Museo Reina Sofía
MUSEO REINA SOFÍA Una de las nuevas salas dedicadas del Museo Reina Sofía
 ?? MUSEO REINA SOFÍA ?? Una fotografía del Prestige, de Sekula
MUSEO REINA SOFÍA Una fotografía del Prestige, de Sekula

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