EL EPO TAJE
Varios ensayos y un nuevo festival en Barcelona exploran las relaciones entre el cine y la arquitectura
(McGraw Hill), donde relaciona arquitectura, filosofía y las películas de Alfred Hitchcock (1899-1980), tema que le interesa desde que entabló relación con Eugenio Trías en los años 90, “cuando se interesaba por la película Vértigo para profundizar su filosofía del límite”.
Algo se mueve en Barcelona, escogida capital de la arquitectura por la Unesco para 2026. En mayo, se celebró la primera edición del Barq, festival de cine y arquitectura creado por Nihao Films y apoyado por la fundación Mies van der Rohe, el Arquin-FAD y el colegio de arquitectos. Dirigido por Pep Martín y Xavi Campreciós, del 10 al 15 de mayo del 2022 tendrá lugar la segunda cita, en los cines Girona y Filmin, con extensiones en Madrid.
“Había festivales de este tipo en toda Europa y EE.UU. –cuenta Martín–, pero no en España”. La sección competitiva se centra, de momento, en los documentales – tienen previsto abrirse a la ficción en el futuro– con énfasis en la cuestión social “y temas como la gentrificación, el género o la igualdad”. La película ganadora fue A machine to live in, de Meredith Zielke y Yoni Goldstein, una onírica mirada sobre Brasilia, ciudad que nació como un sueño de Oscar Niemeyer “para acabar con las clases sociales” y “acabó en delirio”, según el jurado. La más vista por el público fue Charlotte Perriand, pioneer in the art of living, de Stéphane Ghezfie, sobre esta arquitecta y diseñadora francesa cuyo talento quedó eclipsado por el despótico Le Corbusier que la empleaba, “como también Mies van der Rohe hizo con otras”.
“Antes se confundía el género con la logia de los arquitectos – prosigue– pero lo que importa hoy es, como en cualquier otro documental, lo vivencial, la arquitectura es un hilo conductor, no explicamos la construcción de un edificio sino la vida de los usuarios del edificio. Este año proyectamos Acasa my home de Radu Ciorniciuc, actualmente en HBO, que habla de cómo una familia que vivía en su barraca en la naturaleza, en el delta de Bucarest, es obligada por la recalificación medioambiental del terreno, a irse a vivir a un piso en la ciudad... pero no se adaptan a la vida urbana, lo que suponemos que les haría felices –un apartamento con sus comodidades– les hunde”.
Uno de los jurados ha sido el canario Jorge Gorostiza, autor de obras como La imagen supuesta, Cine y arquitectura o las más recientes Construcciones filmadas o Panorámicas urbanas –en las que analiza cien películas esenciales por su visión arquitectónica o urbanística–. “Los arquitectos aprenden de los cineastas la mirada, y los cineastas aprenden de los arquitectos a construir los espacios
Jim Carrey”. En el mundo real, todo lo relacionado con la película se ha convertido en una atracción turística para la localidad.
Volviendo a Hitchcock, Puigarnau ha pretendido, afirma, “analizar los espacios y lugares de la posmodernidad utilizando una palanca filosófica, a través de la fenomenología y de los teóricos de la arquitectura”. Destaca, en el cineasta inglés, que se formó en la