La CEOE se suma a la demanda de moderar los sueldos
El vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empreariales (CEOE), Íñigo Ferndández de la Mesa, defendió ayer en el XXVI Encuentro de Economía de S’Agaró la moderación salarial y no vincularla a la inflación, al considerar que es “transitoria” y “temporal”. Fernández de la Mesa instó a “la prudencia” en este sentido, una postura que topa frontalmente con la de los sindicatos que reclaman subir sueldos para hacer frente al aumento generalizado de los precios.
Los argumentos del vicepresidente de la CEOE están en la línea de los manifestados el día anterior en las mismas jornadas económicas, organizadas por la Fundación Olof Palme, la Cámara de Comercio de España y La Vanguardia, por el gobernador del Banco de España, Pablo Herández de Cos, y el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, que hizo un llamamiento a “evitar cometer errores” que generen efectos de segunda ronda como trasladar el aumento de precios a los salarios.
“Los márgenes empresariales han disminuido un 10% a consecuencia de esta crisis y entrar ahora en una espiral inflacionista en España muy por encima de la media europea nos puede acarrear un problema de competitividad”, manifestó el vicepresidente de la CEOE e instó a la “prudencia”.
Para Fernández de la Mesa “el aumento de precios va a ser temporal” y en ese sentido advirtió que “es muy importante que no haya efectos de segunda ronda que generen más inflación”.
Por su parte, los sindicatos se mostraron en desacuerdo con la moderación salarial. La portavoz de CC.OO. en Catalunya, Cristina Torres, recordó que los trabajadores todavía no han recuperado los salarios que había antes de la pandemia. Considera que la subida de precios es “coyuntural” y se mostró contraria a la moderación de sueldos. Por su parte, el secretario general de la UGT, Camil Ros, instó a llegar acuerdos “a medio y largo plazo” para adecuar los sueldos a “la realidad”.
Otro de los ejes de la jornada de ayer fue el reto tecnológico. La secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, explicó que España debe pasar del 19% al 40% de peso en la digitalización del PIB. Recordó que el país ocupa el noveno puesto en Europa en cuanto a digitalización se refiere, por delante de países como Italia y Francia pero alertó que uno de los puntos flacos se halla en las pymes. En las jornadas también participó el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García, quien defendió que España necesita tener un marco estable, predecible y de seguridad jurídica para afrontar la recuperación y permitir la creación de más empleo y de más calidad.
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, participó en la clausura del encuentro a través de un vídeo grabado en el que aseguró que España será “uno de los motores de crecimiento” en Europa en el 2022. Señaló que el país ha dejado atrás “la peor fase de la pandemia” y que la “recuperación económica está en marcha”. La ministra achacó la bonanza a las medidas tomadas en marzo del 2020 para hacer frente a la pandemia y que, en su opinión, han evitado “una caída del PIB superior al 25%, la destrucción de más de tres millones de puestos de trabajo y una crisis financiera global de impacto impredecible”.c
He tenido que ir muchas veces a Madrid en estas últimas semanas. La mayoría de los vuelos en que he viajado iban a tope y en ellos coincidí con muchos empresarios, directivos y profesionales a quienes conozco. Alguno me ha dicho que se está planteando trasladarse a vivir a Madrid con su familia porque eso le facilitaría el ascenso en su nivel o en su empresa. Pero el tema es complejo para encontrar la vivienda adecuada, los colegios adecuados y próximos para sus hijos y las dudas que generan la pérdida de conexión próxima con padres (mayores) y hermanos.
El principal motor del crecimiento de las grandes ciudades del mundo ha sido el desplazamiento hacia ellas de personas procedentes de zonas pobres o emigrantes desde países menos desarrollados. Estas personas no tienen nada y están dispuestas a aceptar trabajos duros a bajo coste y haciendo una hora más de vez en cuando. Hay quienes nacieron en una de las zonas más pobres de Marruecos y sus padres se desplazaron hacia el norte. Ellos emigraron a España o Francia y sus hijos pudieron estudiar y hoy tienen buenos puestos de trabajo. Durante muchos años los chinos se fueron de China y hay “barrios chinos” en Nueva York, París, Londres o Barcelona.
Hoy vivimos la emigración de muchas personas de India con el objetivo de no volver a su país. Los mejores indios encuentran trabajo
Los sindicatos piden llegar a acuerdos “a medio y largo plazo” para adecuar los salarios “a la realidad”
Las próximas generaciones vivirán en un mundo global con casas en diversos países a lo largo de su vida
en buenas empresas o universidades y se quedan allí. Los mejores chinos se forman en las primeras universidades del mundo pero luego vuelven a su país. Es obvio que China tiene muchas oportunidades y su Gobierno estimula el que se puedan transformar en empresas.
Emigrar es duro pero menos que hace 50 o más años. Los teléfonos móviles son un producto global y nos permiten seguir conectados a familia y amigos. El precio de esta comunicación irá descendiendo a medida que la tecnología va ascendiendo.
Cuando estaba terminando mi doctorado en Harvard, en Boston, rechacé un trabajo de profesor asistente porque echábamos de menos a la familia. Solo llamábamos a nuestros padres quizás una vez al mes porque las llamadas internacionales eran carísimas. Al final decidimos que volveríamos a la España de Franco. Parece que pensábamos más como chinos que como indios: consigamos un doctorado de un nivel que no tenemos ni en España ni en Europa y después volvamos corriendo a casa.
La tecnología facilita la comunicación y la movilidad internacional. Irse a vivir a América hoy permite seguir comunicándose, con la diferencia horaria, pero también ir y venir con cierta frecuencia. Y esto irá a más. Nuestras siguientes generaciones, los que hoy están entre los 5 y los 15 años, seguramente vivirán en un mundo global y a lo largo de su vida tendrán su casa en distintos países.c