La Universidad de Michigan pagará 490 millones por los abusos de un médico
La Universidad de Michigan aceptó pagar 490 millones de dólares para cerrar las reclamaciones formuladas por 1.050 personas. Los denunciantes alegaron haber sufrido el acoso sexual del doctor Robert E. Anderson, que atendía a los estudiantes que participaban en los equipos deportivos, .
Robert E. Anderson, que perteneció al equipo médico entre 1966 y el 2003, falleció en el 2008. El escándalo sobre su conducta se hizo público en el 2020.
Las víctimas de Anderson aseguraron a los investigadores que hicieron llegar sus quejas a los entrenadores y a los responsables administrativos. En vano. Este acuerdo es uno de los mayores alcanzado en una universidad estadounidense.
El caso se destapó porque un antiguo estudiante escribió al director del equipo atlético de Michigan. Explicó que el doctor Anderson había abusado de ellos en las revisiones médicas, que se requerían para participar en los programas deportivos.
Los investigadores concluyeron que el doctor hacía en muchas ocasiones exámenes totalmente inapropiados. Una de sus prácticas consistía en requerir una revisión pélvica a una joven a la que le dolía la garganta.
Que el asunto avanzara precisó de un elemento influyente para ganar credibilidad. Un hijo de Bo Schembechler, legendario entrenador de fútbol americano en el campus de Ann Arbor que falleció en el 2006, rompió su silencio el pasado junio. Aseguró haber sido otro de las víctimas de Anderson.
Un millar de estudiantes avalaron la denuncia contra el doctor Anderson, que hacías las revisiones deportivas
“Este histórico acuerdo se ha logrado porque las víctimas de los abusos sexuales rechazaron ser silenciados y reclamaron responsabilidades de sus abusadores, Robert Anderson y la Universiad de Michigan”, recalcó Parker Stinar, abogado que representa a 200 afectados.
“La Universidad de Michigan ha aceptado su responsabilidad financiera por el daño que causó Anderson en muchos jóvenes y que se pudo haber evitado”, terció Jamie White, letrado de otro nutrido grupo de víctimas.
Pendiente de la aprobación de la junta de regentes de la universidad y del visto bueno del tribunal, Jordan Acker, presidente esa junta, expresó en un comunicado su esperanza de que este pacto “sea el principio del proceso de cura para los afectados”. Y añadió: “El trabajo que empezó hace dos años, cuando los primeros valientes dieron la cara, continuará”.
El coste humano en este asunto de Michigan es uno de los más altos, después de otros que emergieron en la Universidad Estatal de Pensilvania, en la del Sur de California o en la estatal de Ohio.c