La Vanguardia (1ª edición)

Las mascarilla­s que no sirven

- Susana Quadrado

Pedro Sánchez no lo va a tener nada fácil para convalidar el decreto por el que nos embozó, allá por Nochebuena, con la mascarilla obligatori­a cuando andamos por la calle sin nadie a metro y medio. No hay fundamento científico más que el que puedan aportar los psicólogos, por aquello de que llevar la mascarilla a todas partes nos hace más consciente­s del riesgo. La mascarilla es un recurso psicológic­o, no una frontera sanitaria. Sabemos también que si se usa más tiempo, pierde eficacia, debe renovarse más veces al día, y esto no siempre se cumple. Ergo, sentido común: en calles concurrida­s, en aglomeraci­ones o en un estadio sí, igual que en interiores, donde no hay salvedades.

El PSOE no cuenta ahora mismo con apoyos parlamenta­rios y el decreto está en el aire. El Gobierno se ve así arrastrado a una negociació­n in extremis y a apurar los plazos. Dispone como fecha límite hasta la primera semana de febrero para ratificar la medida en el

Congreso antes de que expire. Sin el aval de la Cámara, adiós a la mascarilla al aire libre.

Si servidora tuviera delante a Sánchez, cosa que no pasará, le diría que no pierda el tiempo con una imposición absurda –por ineficaz más que por injusta–, y que no suscribe ni siquiera su asesor top. ¿Recuerdan aquel episodio de Fernando Simón en junio, propio de Barrio Sésamo, cuando nos libraron del tapabocas? Entonces el doctor Simón dijo que a nadie se obligaba a no ponérselo. Pues eso.

Un sondeo a pie de calle, informal y a vuelapluma, nos permite concluir que quien llevaba la mascarilla antes del spot de Sánchez en vísperas de Navidad lo sigue haciendo ahora, y el que no, hace como si nada porque no hay policía que levante un dedo. En los rostros desembozad­os se advierte indolencia, quizá incredulid­ad. Pero no creo equivocarm­e al escribir que no hay mala fe, ganas de fastidiar o arrogancia en quien no la lleva puesta cuando hay metro y medio. Sánchez tiene ahora la oportunida­d de atribuirse la decisión de quitarnos la mascarilla que nos endilgó porque a él le iba bien. Además se evitaría el regateo en el Parlamento. Él es quien nos vacuna. Él es quien nos abarata la luz. Él es quien nos libera de la mordaza. Piénselo, presidente.c

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain