Adiós a un rompedor de la moda
Fallece André Leon Talley, el afroamericano que quebró el techo de cristal blanco
mo a su madre y a su padre. A pesar de tener conocimiento de la existencia de las fotografías, el rey Juan Carlos se mostró ayer muy dolido por la situación a la que, ahora, debe enfrentarse su hija quien, en repetidas ocasiones, se ha negado a romper su matrimonio.
El hecho de que la infanta Cristina ya no sea miembro de la familia real deja fuera a la Zarzuela, en la que consideran que es un asunto privado. Amigos tanto de la infanta Cristina como de Iñaki Urdangarin mostraron ayer su sorpresa por la aparición de las fotografías, habida cuenta de la naturaleza de la relación matrimonial entre la infanta y su marido. Cristina de Borbón, que aún sigue trabajando para la Fundació La Caixa y la Fundación Aga Khan, vive a las afueras de Ginebra con su hija, Irene, que aún estudia allí, mientras que Pablo vive y juega al balonmano en Barcelona; Juan estudia en Londres y Miguel, en Madrid.
El futuro del matrimonio Urdangarin Borbón es ahora la gran incógnita. Juntos han pasado pruebas tan duras como un proceso judicial, la condena y la cárcel de Urdangarin: la retirada, por parte de Felipe VI, del título de Duques de Palma; el alejamiento de los actuales reyes y el desprestigio social y la ruina económica. Ahora afrontan un problema que les iguala a otros matrimonios.c
En si mismo, André Leon Talley, primer director creativo afroamericano de Vogue, era un espectáculo. Allá donde iba se apropiaba de las cámaras.
Su despliegue de exuberancia eclipsó incluso a Manolo Blahnik, otro dotado para el show, el celebre creador de los manolos, sus zapatos tan de Hollywood, en la conversación que mantuvieron en Nueva York, en el 2015, con motivo de la presentación de un libro del diseñador español.
Imposible pasar desapercibido con su cuerpo de dos metros, su caftán de grana brillante y sus múltiple abalorios.
“La moda es parte de quién soy. Me levanto y me acerco a la vida con mi estilo propio de estética”, dijo en una ocasión. “Usar ropa debe ser una narrativa personal de emoción y yo siempre respondo a la moda por una vía emocional”, añadió.
Así vivió André Leon Talley, que falleció el martes a los 73 años en un hospital de Nueva York, según se difundió este miércoles, sin especificar las causas de su defunción, si bien entre sus amigos se sabía de su lucha debido a su mala salud.
Se le conocía como The only one, el único, y no solo por su estampa y su histrionismo. Atesoraba un conocimiento enciclopédico
Un gigante. sobre la moda en el que rompió todos los moldes. En un mundo dominado por los blancos, Talley se convirtió en un referente por el que sintió devoción incluso Anna Wintour, la gran jefa de Vogue.
Cultivaron una gran amistad, que se vio enturbiada cuando en 2020 publicó sus memorias,
The Chiffon Trenches, donde acusó a la gran dama de haber abandonado y de haberle exprimido su jugo como si ella fuera un parásito en su interior.
Meses después, sin embargo, Talley defendió a Wintour de las acusaciones de racismo vertidas contra ella.
Entre muchos recordatorios, hubo uno que destacó. “Es en la pérdida de André como colega, como amigo, en lo que pienso ahora. Es inconmensurable”, escribió Wintour en un comunicado publicado por su revista.
“Fue magnífico y erudito y malvadamente divertido, volátil también... Hubo momentos complicados en nuestra relación, pero lo que quiero recordar es al hombre brillante, compasivo, generoso”.
Talley se rodeó toda la vida de glamour, desde sus inicios como recepcionista de la revista
Interview bajo el mando de Andy Warhol. Se codeó como lo más y mejor de la sociedad. Abiertamente homosexual, vivía solo en el barrio neoyorquino de Harlem, sin parecido a una existencia romántica.c