La Vanguardia (1ª edición)

Es una situación compleja pero si no quiere seguir hay que buscarle una salida ya”

- LUIS BUXERES ANAÏS MARTÍ

No hay jeroglífic­o en el mundo más complicado que el de descifrar el futuro de Ousmane Dembélé. Monopoliza el francés la atención en Barcelona cuando el mercado invernal de fichajes afronta su recta final y no se aventura una solución al problema. Escuchando a todas las partes es difícil que a uno no le explote la cabeza porque las versiones no convergen ni por casualidad. Es imposible sacar una conclusión convincent­e de lo que está pasando, más allá de que la negociació­n por la renovación del francés, cuyo contrato concluye en menos de seis meses, ha tomado unos derroteros muy delicados.

El Barça se mide esta noche al Athletic Club en octavos de final de la Copa del Rey. Se lo juega todo a un partido en un torneo que ilusiona especialme­nte al vestuario, consciente de que levantar un trofeo en este tormentoso curso sería un empujón importante para el nuevo proyecto. Pero el viaje a San Mamés quedó ayer en un segundo plano ante la tensa situación que se palpa entre el club y Dembélé. “Llevamos cinco meses negociando y no podemos esperar más, nos hemos de parar en seco. El club ha tomado la decisión de que si no renueva habrá que buscarle una salida ya”, repetía Xavi en rueda de prensa ante la avalancha de preguntas sobre el díscolo extremo galo, emplazando al día de hoy como fecha límite para que se produzca el acuerdo. “No responderé más, he sido muy claro”, zanjaba el técnico sin perder la sonrisa ante la enésima demanda de los periodista­s.

No se intuye un giro radical en los acontecimi­entos por lo que las consecuenc­ias de esta decisión se empezarán a dejar notar ya en el duelo ante el Athletic. Si no acepta las condicione­s que le ofrece el Barça hoy mismo, Dembélé no volverá a jugar. Así que quedarse en tierra cuando la expedición parta rumbo a Bilbao es una posibilida­d más que factible para el francés. Y eso que Xavi no cuenta con ningún otro delantero al cien por cien. Luuk de Jong está sancionado, Ansu Fati y Ferran Torres están faltos de ritmo competitiv­o, Memphis arrastra molestias, Braithwait­e se está recuperand­o de una lesión... El panorama es desolador pero la decisión es firme.

Pocas personas en el Barça han ensalzado más la figura de Dembélé que el propio Xavi, que se había aventurado en sus inicios, quizás con un pelín de ingenuidad, a asegurar que aunque no renovara iba a contar con el galo hasta el último día de su contrato. Ya no. Las cosas han cambiado. “Me sabe mal por el jugador y por el equipo pero priman los intereses del club. Ousmane ha jugado todos los minutos posibles desde que soy entrenador y he sido muy honesto con él así que no es agradable lo que está pasando”, lamentaba el técnico. A pesar de manejar informació­n privilegia­da, a Xavi, como a tantos otros, le cuesta encontrar explicació­n

El jugador me ha dicho que quiere renovar pero no se toma la decisión, no se entiende” Xavi H-rnánd-z

El entorno del francés critica las formas del club: “No se nos puede decir ‘lo tomas o lo dejas’”

a todo lo que está sucediendo: “El jugador me ha dicho que quiere continuar y que quiere renovar pero no se toma la decisión, es una situación que no se entiende. Habría que preguntarl­e a él”.

Mientras tanto, al otro lado del tablero, Dembélé se veía sorprendid­o con el ultimátum

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