La falta de secretarios obstaculiza la gestión de los ayuntamientos
Al alto número de jubilaciones se suma la convocatoria de oposiciones a cuentagotas
El secretario municipal es una de las figuras más relevantes a la vez que discreta de un ayuntamiento. Una suerte de gran notario –simplificando mucho sus amplias funciones– que, según la ley, “integra la fe pública y el asesoramiento legal preceptivo” y que suelen compartir cierto anonimato y responsabilidad con el interventor. Este último es el responsable de fiscalizar la gestión económica del Ayuntamiento, de ejercer el control sobre los números. Se trata de dos figuras que en los municipios más pequeños solo es una, y que en los de más de 20.000 habitantes se convierten en tres al sumarse el tesorero. Figuras imprescindibles para el funcionamiento de la administración que escasean: no se renuevan los que se van. Y en los próximos años faltarán más. El mundo local manda un mensaje de alerta.
“Siempre decimos que ellos mandan más que los alcaldes y las alcaldesas ya que tienen que dar visto bueno a casi todo. Son figuras fundamentales en un Ayuntamiento... Y faltan muchísimos”, advierte el alcalde de Manlleu, Àlex Garrido. Expresa su preocupación como edil de un municipio afectado por este déficit, pero también como vicepresidente de la Federació de Municipis de Catalunya (FMC).
Desde el mundo local certifican que, desde hace ya demasiados años, es prácticamente imposible cubrir vacantes con funcionarios habilitados por el Estado en determinadas zonas y en muchos municipios pequeños en los que el secretario es también el interventor. Pero si era un problema crónico, en los últimos años se ha agravado en todo el territorio. Y lo peor está todavía por venir.
Muchos de estos funcionarios de carrera, que comenzaron a ejercer en los años 80 o en los 90, comenzaron a jubilarse y los retiros no cesan. Suelen ser de generaciones similares, cuando no de la misma, por lo que la pérdida de personal es casi en bloque.
“Son muchas jubilaciones, que seguirán y a las que se ha sumado una oferta pública del Estado muy limitada”, apunta Àlex Garrido.
Con la crisis del ladrillo se metió tijera a la administración pública y las convocatorias destinadas a estos trabajadores no parecen haber sido una prioridad. Los secretarios e interventores son funcionarios del Estado y en los últimos años se han convocado muy pocas plazas. “Si las convocaran no faltaría trabajo”, comenta el secretario de un ayuntamiento metropolitano, consciente, como lo es todo el colectivo, de la gravedad del problema.
La falta de interventores, secretarios, y en los municipios grandes también de tesoreros, ha hecho que los ayuntamientos se
En las 1.521 plazas de Catalunya lo que más abundan son las soluciones de “urgencia”
Ante la falta de personal, los consistorios recurren a procesos propios o a compartir funcionarios
vean obligados a compartir estos funcionarios –lo ha hecho el propio Ayuntamiento de Manlleu con el Consejo Comarcal de Osona– o a convocar ellos mismos las plazas y así disponer de un interventor o secretario, también de un tesorero, que ocupe el cargo de manera accidental, evitando así que la actividad municipal se paralice. Nombramientos interinos, nombramientos accidentales, comisiones de servicios o nombramientos por acumulación –el sistema que permite que dos o más consistorios cercanos compartan un funcionario habilitado– que son soluciones provisionales que, con la cronificación del problema, se convierten en definitivas.
En el portal de transparencia de la Generalitat se puede consultar cuántos puestos de los 1.521 de secretarios, interventores, tesoreros o adjuntos del mundo local de Catalunya están cubiertos y de qué manera. Las soluciones de emergencia se cuentan por centenares. El problema de los consejos comarcales es especialmente grave, como también lo es en algunas áreas como el Empordà, les Terres de l’Ebre o toda la Catalunya Central... Los casos de interventores y secretarios habilitados que ocupan vacantes, en