En la mediación está el éxito
Tengo un problema con mi vecino, señor mediador. ¿A quién se lo explico?
Evite a aquellas personas que echan más leña al fuego y meten el dedo en la llaga cuando les expone situaciones difíciles con terceros.
¿Y a quién recurro entonces?
Tiene que buscar a los que, al contrario, escuchan todo lo que le pasa, le preguntan cómo se siente, intentan entender las diversas y contrapuestas caras de su conflicto... Esos son mediadores naturales.
¿Y donde se encuentran?
En todas partes. Nuestra sociedad está llena de ellos y contribuyen a solventar problemas a diario. No solo somos los abogados, también los psicólogos, los profesores, los enfermeros... cualquiera que haya estudiado un grado o diplomatura y luego profundice en las herramientas de la mediación.
Pero para eso no tenemos ya a los jueces?
Nuestro objetivo es que no tenga usted que llegar al juzgado y resuelva su problema extrajudicialmente mediante un acuerdo con ese vecino del que me hablaba, en el que alguien como yo habrá mediado.
¿Contribuirán ustedes a aligerar los legendarios atascos en los juzgados?
Todos deberíamos ver la mediación como el método adecuado para resolver los conflictos. La judicialización debería ser solo la alternativa cuando no haya acuerdo entre las partes.
¿Qué diferencia hay entre una mediación y un arbitraje?
Este último se parece mucho más a un juicio, porque en él hay uno o varios árbitros que dictan un laudo, parecido a una sentencia. Al aceptar el arbitraje, abandonamos nuestro poder de decisión como partes.
¿Y la conciliación?
Ahí lo que se hace es introducir a una persona que sabe mucho de la materia, como un perito o incluso un catedrático y, con sus conocimientos, nos va a echar una mano en la resolución de nuestra disputa.
¿Qué sería lo primero que haría un mediador ante mi conflicto?
Lo primero sería mejorar la relación con su vecino. Exploramos, reconocemos y
El presidente de los mediadores catalanes en salud me pone tras la pista de sus ilustres predecesores y descubro que, ya en El Quijote, Cervantes fabula un episodio de mediación, cuando el ingenioso hidalgo destroza los títeres de Maese Pedro. Sancho Panza y un ventero habrán de ejercer de “medianeros” en el conflicto, que acabará con compensación económica.
La literatura es testimonio de que, ya en el siglo de oro, se resolvían los conflictos con la bonhomía proverbial del gran Sancho.No tiene que llegar la sangre al río como una inveterada costumbre, me apostilla nuestro moderno mediador. En el nuevo escenario que nos ha dejado la pandemia, mejor que buscar el enfrentamiento, será “compartir reflexiones, modelos de prácticas, experiencias, iniciativas y propuestas”.