Las librerías pequeñas tienen un margen de beneficios escaso

librerías pequeñas tienen un margen de beneficios escaso y que, de golpe, un día les roben una decena de libros es un golpe económico fuerte. La sospecha es que no lo hace por disfrute personal, sino para revenderlos, en los puestos dominicales del mercado de Sant Antoni o en portales de internet.

Así pues, nada que ver con John Charles Gilkey, aquel famoso ladrón americano de libros –también de una cincuentena de años– que en sus buenos tiempos llegó a robar por un valor de 200.000 dólares, y que utilizaba la Lista de las cien mejores novelas ,la de la Modern Library, como guía para saber qué volúmenes valía la pena birlar. Una vez robados no los vendía. Los añadía a su biblioteca. Era de la opinión que tener una buena biblioteca es señal de prestigio personal. Todo le iba bien hasta que en el 2004 lo metieron en la cárcel. Estuvo en ella un año y medio. Tomás se la mirará desde la acera de enfrente.c