Pau Vinyals pregunta al público si también ha tenido un pariente franquista

Vinyals nos cuenta que se ha comprado un piso en el Raval con su novia, no caben en sí de alegría. Él es de Ravós del Terri y nos habla del pueblo y de la ciudad, de la familia. Empieza metido en un disfraz de Spiderman, el que lo protegía de niño, y acaba con un delantal de flores que le llega a los pies, el que le cogía a su abuela para hacer el baile de la giganta. Y nos habla de su abuelo. Un abuelo que le mostraba las tierras y le decía todo esto será tuyo: “No te vendas nada, que el dinero vuela y las tierras siempre están”. El mejor abuelo del mundo, claro.

De mayor un día cualquiera, en una conversación familiar cualquiera, Vinyals supo que su abuelo había sido franquista. El hallazgo incomoda al actor y de esa inquietud nace el espectáculo. Vinyals pregunta al público si también ha tenido un pariente franquista. Se alzaron varias manos. Yo no la levanté, pero eso no tiene mérito, porque no eliges de dónde vienes. Vinyals hurga en la herida de los privilegios. Y todos deberíamos preguntarnos de qué privilegios disfrutamos: de etnia, sexo, posición social, económica o simplemente por dónde hemos nacido. ¿Qué nos ha venido dado y de qué hemos sacado beneficio? ¿Y cómo lo digerimos?

Pau Vinyals comparte su historia, y lo que importa es que es una buena historia, bien contada y que nos interpela. Además, se mueve como quiere por el escenario. Vayan a verlo y el baile de la giganta les llegará al corazón.c