El abrazo que recibió Alfred
Los voluntarios se fueron
■ dando de baja porque la normalidad tardaba en volver o porque el sentido común así lo aconsejaba en personas de su edad y salud. Muchas empresas donantes cerraron o redujeron sus ayudas por la inactividad y la bajada de ingresos. El Ayuntamiento, además, endureció la normativa sanitaria sobre el reparto solidario de comida en Barcelona, donde más de mil personas duermen al raso. Las bolsas de alimentos y los mensajes de ánimo eran la excusa para que esos sintecho hallaran rostros amigos. Otro de los cofundadores de Sense Sostre, Alfred, lo descubrió una madrugada. Un hombretón lo reconoció y se abalanzó sobre él. Durante un segundo, dudó y tuvo miedo, pero en realidad lo que quería aquel hombre era abrazarle y darle las gracias.