Estados Unidos quiere que Alemania use el gasoducto para apretar a Putin
costado 9.500 millones de euros, financiados por un consorcio controlado por Gazprom, que incluye a cinco empresas europeas: las alemanas Uniper/E.ON y Wintershall DEA (filial de BASF), la anglo-neerlandesa Shell, la austriaca OMV y la francesa Engie. Los rusos desembolsaron la mitad del montante, y los demás el resto.
La razón de que el gasoducto aún no bombee gas es que en noviembre el regulador energético alemán suspendió su certificación, pues el consorcio, con sede en Suiza, debe crear una empresa subsidiaria alemana. Pero la decisión se alargará, pues falta también la certificación comunitaria, que exige garantía de acceso de terceros a la infraestructura, y separación de actividades entre proveedores y gestores. Esto difícilmente encaja con el monopolio exportador de Gazprom.
Así las cosas, el permiso para el
Nord Stream 2 podría llegar como muy pronto en verano, lo cual otorga tiempo a Alemania para intentar salvar el gasoducto, ahora cautivo de la alta tensión entre los aliados occidentales y Rusia.
En este contexto, causaron ayer revuelo unas frases del jefe de la Armada germana, Kay-Achim Schönbach, quien dijo en un encuentro con el embajador indio en Nueva Delhi que a Putin “es fácil darle el respeto que pide, y que probablemente merece”. Tras ser desautorizado por el Ministerio de Defensa, Schönbach se retractó. El encuentro era confidencial, pero trascendió en un vídeo.
Aunque en el socialdemócrata SPD hay también detractores del gasoducto, este partido carga con el pecado en origen. El presidente del consejo de administración del consorcio Nord Stream 2 –y de la petrolera rusa Rosneft– es el excanciller socialdemócrata Gerhard Schröder, amigo de Vladímir Putin. Fue Schröder quien, justo antes de perder la Cancillería –fue canciller de 1998 al 2005–, acordó con Putin la construcción del primer Nord Stream.
El asunto genera división en el seno del Gobierno, pues los verdes siempre se opusieron al Nord Stream. “Hemos subrayado repetidamente en varios niveles de este Gobierno que si la energía es usada como arma, tendría el correspondiente impacto en este gasoducto”, dijo la ministra Baerbock en su primer viaje a Moscú.
Mientras tanto, el gas no fluye por el Nord Stream 2, el regulador energético alemán analiza… y las esfuerzos diplomáticos de países y alianzas para parar la escalada militar de Putin prosiguen.
El Gobierno alemán cruza los dedos para que la crisis internacional en torno a Ucrania termine antes de que la tubería reciba el permiso para operar. Quedan como mínimo seis meses.c