Criptolelos
Un grupo de inversores compró en subasta en noviembre por 2,6 millones de euros uno de los diez libros existentes que recogen el fallido proyecto del artista Jodorowsky para llevar
Dune al cine. La noticia es que los compradores estaban convencidos de que podrían editar el libro, hacer una serie y mil negocios más. El hecho de que algún ejemplar se haya vendido por poco más de 40.000 euros o que se pueda descargar gratis desde hace diez años no encendió ninguna señal de alarma. Es como si usted, que acaba de comprarse el último libro de Rafel Nadal o Sílvia Soler, decidiera convertirlos en serie sin encomendarse a Dios o al diablo. No hay que ser economista para saber que los libros no tienen nada que ver con los derechos para editarlos o realizar una obra de teatro, película o inspirados muñecos de peluche.
El misterio de este desastre financiero empieza a aclararse cuando sabemos que los inversores en cuestión explotan una criptomoneda, la
Spice (vale ahora 0,0005 dólares). Eso explica por qué estos genios no se rodearon de abogados y especialistas antes de gastarse más de dos millones de euros por nada. No tiene pérdida leer las explicaciones que han dado de este ridículo a posteriori: es un milagro que consigan atarse solos los zapatos.
El auténtico negocio lo ha hecho esta misma semana Microsoft, comprando por una cifra desorbitante de verdad, más de 60.000 millones de euros, la matriz de un montón de juegos de plataforma, móvil y online que vivía un escándalo de acoso laboral y sexual desde hacía meses. Estamos hablando de diez mil trabajadores, centenares de jugadores abonados en todo el mundo y dinero y negocio de verdad.
Las criptomonedas, como la burbuja de los llamados NFT (presuntas obras de arte únicas virtuales que se venden a precios increíbles), esconden de momento mucha desinformación, un montón de ingenuos que creen que se harán millonarios y un puñado de avispados que se aprovechan. Quizá todo se entienda mejor si contamos que la ex primera dama norteamericana Melania Trump se está vendiendo los modelos que vistió en la Casa Blanca (y que se acostumbran a ceder a un museo). Pide criptomonedas e incluye un NFT de regalo. Inspira total confianza.c
Un montón de ingenuos creen que se harán millonarios con las criptomonedas