Maestro Fagioli
Recital de Franco Fagioli, contratenor & Andres Gabetta, violín solista, Gabetta Consort Lugar y ec a alau de la !sica Catalana "#$#%$""
Más de dos horas de recital de un cantante en estado de gracia, dominador de todos sus recursos vocales, técnicos y expresivos, del canto barroco. Fagioli demostró, con un programa largo, exigente y ambicioso, porque se le puede considerar como el mejor contratenor del mundo en la actualidad.
En la primera parte mostró su sello vocal personal, emisión y proyección impecables, timbre esmaltado y registro homogéneo en toda la tesitura, con unos agudos nacarados, un centro robusto y unos graves cavernosos.
Con Gelido in ogni vena de Siroe de Vinci mostró la elegancia de un canto siempre cuidado en el fraseo, con la expresión justa y una articulación preponderante que no le restó magia al canto legato. La exigente Dopo notte del Ariodante handeliano con la que cerró la primera parte fue un dechado de virtuosismo sin mácula, colorara impecable, agudos redondos y una teatralidad irresistible.
La segunda parte del recital fue una fascinante master class canora con hits del barroco a cada cual más icónico y exigente. El Alto Giove del Polifemo de Porpora, paladeado con una elegancia expresiva arrebatadora,Vo solcando in mar crudele, del Artaserse de Vinci, un aria de la que Fagioli hace una recreación personal única coronada con un re sobreagudo radiante y hermoso, que levantó de sus asientos a varios espectadores…o un Scherza infida del Ariodante de Händel donde el pathos barroco y los ataques al agudo con una mesa di voce pulida y carnosa, se envolvieron en una linea de canto milagrosa. Un concierto que se rubricó con los virtuosos Ensemble Gabetta, con el violinista Andrés Gabetta al frente. Como solista al violín, magnifico Grosso Mogul de Vivaldi, destacó el fraseo, virtuosismo en las cuerdas y musicalidad a borbotones con un conjunto instrumental de rica sonoridad y un destacado trabajo del fagot y flautín de Alessandro Nasello. Fagioli, lejos de mostrar cansancio vocal regaló dos bises de Händel como dos soles: Come nube che fugge, de Agrippina y Dove sei de Rodelinda, para cerrar una velada de ensueño.