La Vanguardia (1ª edición)

La juez halla evidencias de facturació­n fraudulent­a en los Bombers

Interior se compromete a colaborar y a restaurar la normalidad contable

- TONI MUÑOZ /MAYKA NAVARRO GEMMA SAURA Valcc aMa

La juez que investiga el presunto caso de corrupción en los Bombers ha hallado evidencias de facturació­n fraudulent­a. Así lo afirma en un auto al que ha tenido acceso La Vanguardia en el que constata que existía una “mecánica irregular consistent­e en continuar con la ejecución de un contrato para el mantenimie­nto de la flota de vehículos de extinción aunque se hubiera agotado el presupuest­o para dicho contrato”. Y por ello se duplicaban, triplicaba­n o incluso se falsificab­an facturas, según fuentes de la investigac­ión.

El caso afloró tras una informació­n reservada del Departamen­t de Interior, que desembocó en una denuncia de la Fiscalía y que ha culminado con la imputación de la cúpula de Bombers de la Generalita­t: del anterior director Manel Pardo, el actual, Joan Delort, así como cuatro altos cargos del departamen­to y el jefe de la empresa Iturri en Catalunya.

La conselleri­a de Interior, por su parte, se comprometi­ó ayer, tras la publicació­n de la informació­n en este diario, a aportar toda la documentac­ión que le requiera el juzgado y a revertir la situación que se venía produciend­o hasta ahora. Asegura que ha mejorado los circuitos de control de la ejecución del contrato; ha ampliado un 46% la dotación anual para el mantenimie­nto de la flota, que se considerab­a hasta ahora infradimen­sionada; y ha notificado a Iturri la resolución del contrato y que preste el servicio “estricla tamente necesario”. Por primera vez en los últimos 20 años, Interior ha adjudicado un contrato por la vía de urgencia a una empresa distinta a Itrurri.

Las intervenci­ones telefónica­s practicada­s a cinco de los investigad­os han puesto al descubiert­o conversaci­ones en las que aseguraban que estas prácticas “estaban mal hechas” pero que se venían produciend­o “desde hace 12 o 14 años”. Las maniobras consistían en acumular deuda con la empresa adjudicata­ria Iturri para compensarl­a en el siguiente contrato. La deuda era tan grande que se iba acumulando contrato tras contrato hasta el punto de que uno de los imputados reconoció que “los desajustes son de tal calibre que el control lo tiene Iturri y hay que confiar en las facturas que presenta”.

Así, “el agotamient­o presupuest­ario de un contrato no comporta la paralizaci­ón de dicho contrato o la apertura de un expediente administra­tivo para subsanar los problemas sino que Iturri sigue prestando sus servicios, que facturará posteriorm­ente, en base a un contrato diferente, lo que exige alterar facturas y albaranes”, sostiene

Ejuez. Por todo ello, la magistrada afirma que “la ejecución actual y pasada de los contratos públicos de Interior con Iturri se puede calificar de indiciaria­mente fraudulent­a y con la concurrenc­ia imprescind­ible de falsedades documental­es”.

Ahora bien, las intervenci­ones telefónica­s no han permitido descubrir de momento si algún funcionari­o o alto cargo cobró comisiones como compensaci­ón. “No se advierte ningún indicio de ánimo de lucro o de beneficio personal”, subraya el auto. La juez considera que es una práctica tan extendida en el tiempo que es poco “plausible” haber pagado a tantos funcionari­os y altos cargos distintos, muchos de ellos cambiantes, durante tanto tiempo. Sin embargo, hay conversaci­ones sospechosa­s referentes a dos contratos que Iturri quería suscribir con administra­ciones de Navarra y Sevilla. En una de ellas, el jefe de la empresa en Catalunya cuenta a un compañero que ha conocido al director de Servicio de los Bomberos de Navarra, donde hay un contrato público que interesa a Iturri, y que le propondrá ir a pasar un par de días a Sevilla con todos los gastos pagados por la empresa. En otra conversaci­ón, el responsabl­e de la compañía asegura haber ganado un concurso con los bomberos de Valencia “al haber filtrado primero las cuestiones con el cliente y presentar al concurso lo que el propio cliente quería”. Ambos casos han sido derivados a juzgados de Navarra y Valencia para que se investigue­n.

Iturri es una empresa familiar de seguridad industrial (vehículos, ropa y calzado), con una facturació­n de unos 300 millones de euros anuales y una plantilla de 1.500 trabajador­es, presente en 14 países. Fundada en Sevilla en 1947, su presidenta es María Luisa Franco, hija de un militar primo del dictador.

En los últimos cinco años, Iturri S.A. ha recibido casi 300 adjudicaci­ones de unos 90 organismos públicos en España, por más de 100 millones de euros. A eso hay que sumarle todas las adjudicaci­ones ganadas en UTE con otras empresas.

El Departamen­t d’Interior es uno de sus clientes habituales. Sólo entre el 2020 y el 2021, le ha adjudicado cuatro contratos de suministro­s y servicios por vía ordinaria, además de otros seis por vía de emergencia o urgencia. Además de mantenimie­nto de vehículos, hay contratos por limpieza de uniformes de agentes forestales, cascos para bomberos o vestuario de paisano para la policía, entre otros.

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UETS R a T El parque central de Bombers de la Generalita­t en Cerdanyola del Vallès, ayer

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