Italia busca presidente
El Parlamento italiano inicia hoy las votaciones para elegir el nuevo presidente de la República en sustitución de Sergio Mattarella. El aún jefe del Estado, con una popularidad del 70%, es el personaje más querido y respetado por la gran mayoría de los estamentos políticos y sociales italianos. Y lo es porque, en un país caracterizado por sus turbulencias políticas, Mattarella ha aportado serenidad y cordura. Al presidente saliente no le ha temblado el pulso durante su mandato para tomar decisiones como defender la permanencia de Italia en la UE frente a las posiciones soberanistas de la extrema derecha, rechazar el nombramiento de un ministro de Economía por euroescéptico, negarse a convocar elecciones tras una crisis de gobierno y apostar por gabinetes tecnócratas, o devolver leyes por creer que iban contra los principios de la República.
Mattarella deja el listón muy alto y la tarea de elegir a su sucesor no será fácil. Los partidos de la coalición de derechas –Forza Italia, la Liga y Hermanos de Italia– se han quedado sin candidato después de que Silvio Berlusconi tirara la toalla al constatar la falta de apoyos entre la cincuentena de parlamentarios no adscritos a los que ha tratado de convencer. Ahora, la derecha debe buscar otro candidato y Il Cavaliere, que ayer fue hospitalizado de nuevo, será decisivo en las negociaciones. También el centroizquierda busca un candidato común, y los dos bloques están obligados a negociar un nombre de consenso.
Y aunque ningún partido lo cite, el gran favorito es el actual primer ministro, Mario Draghi. Pero su elección obligaría a buscar un nuevo jefe del Gobierno que le sustituya, algo muy complicado pues la actual coalición que le apoya abarca partidos muy distintos. Ello podría desembocar en elecciones anticipadas en plena pandemia. Por eso unos prefieren que Draghi siga en el cargo hasta el 2023 y culmine la recuperación económica, y otros creen que como presidente garantizaría más estabilidad política y buenas relaciones con la UE si una coalición derechista ganara los comicios. Aunque Draghi sea el gran favorito, suenan también nombres como el comisario europeo Paolo Gentiloni, el ex primer ministro Giuliano Amato, la ministra de Justicia Marta Cartabia o la presidenta del Senado, Elisabetta Casellati.
El voto es secreto, se puede escribir cualquier nombre y hacen falta dos tercios de los 1.008 grandes electores, diputados, senadores y representantes regionales. Después del cuarto escrutinio basta con la mayoría absoluta de 505 votos. Arranca hoy un proceso que ha sido comparado a los cónclaves papales y de cuyo resultado dependerá el futuro político de Italia.c
Draghi es el favorito pero su elección haría necesario encontrar un nuevo primer ministro