Las hermanas Spears, en guerra
Jamie Lynn ha publicado sus memorias y Britney la acusa de utilizarla
Poco antes de que empezaran los problemas personales de Britney Spears que culminaron con que fuera tutelada por su padre, en el 2008, otra Spears irrumpía en el universo artístico. Si su hermana mayor alcanzó la fama en 1992, con solo 11 años, en el canal Disney presentando The Mickey Mouse Club, Jamie Lynn (nacida en 1991) se hizo muy popular en el 2005, gracias a la serie Zoey 101, de Nickelodeon, que finalizó su emisión en el 2008. La unión de las dos hermanas en aquella época era muy fuerte. Como ejemplo, el tema principal de la serie sobre un internado californiano Follow me, lo interpretaba Jamie Lynn, pero lo compuso Britney.
La imagen de la exitosa cantante se iba volviendo oscura, debido a sus escándalos personales y emocionales. Mientras que la de Jamie Lynn era dulce y luminosa, incluso cuando se supo que estaba embarazada con sólo 16 años. En junio del 2008 nació su hija Maddie. Con el padre del bebé rompió dos años más tarde. Y en el 2014 se casó con Jamie Watson. En abril del 2018 tuvo a su segunda hija Ivey. Las dos niñas se llevan 10 años, la misma diferencia que existe entre ella y Britney.
Jamie Lynn ha reiterado en más de una ocasión que Britney más que hermana la consideraba como una segunda madre. Y aunque no se pronunció públicamente durante los 13 años que su padre ejerció la tutela, una vez que Britney consiguió ser libre declaró: “Creo que está muy claro, desde el día en que nací, que solo he amado, adorado y apoyado mi hermana”.
Pero Britney no lo ha entendido así y piensa demandar a toda su familia, incluida a su hermana por haber mirado para otro lado cuando su padre ejercía una tiránica tutela sobre ella. En espera de que los tribunales se pronuncien, la cantante ha empezado una guerra contra su hermana menor tras la publicación de un libro de memorias: Things that I Should Have Said (Cosas que debería haber dicho).
Cómplices.
La semana pasada, Jamie Lynn Spears fue entrevistada en el programa Good Morning America, en la que confesó que “no sabía lo que estaba pasando”, cuando su hermana fue puesta bajo una tutela legal controlada por su padre, entre otras cosas porque coincidió con su embarazo. Y en el libro precisamente acusa a Britney de “lanzarla a los lobos mediáticos” cuando declaró ante el juzgado que quería “demandar a toda su familia”.
Britney ha dejado de seguirla en las redes y en su Instagram, ha publicado mensajes algunos en tono agresivo (“Sólo una escoria inventaría cosas así sobre alguien”) y otros más conciliadores, en los que muestra su decepción por las declaraciones de su hermana y recuerda que llegó a esperar “días” para que respondiera a sus llamadas.
Además, su abogado Mathew Rosengart ha enviado una carta en la que exige a la hermana menor de la artista que “cese y desista de hacer referencias despectivas a Britney durante la campaña promocional”. “Si usted no lo hace y continúa con la difamación, Britney se verá obligada a considerar y tomar las acciones legales oportunas”. Y ha añadido: “Aunque Britney no ha leído y no tiene la intención de leer su libro, ella y millones de sus seguidores están sorprendidos
‘Zoey 101’. al ver cómo la ha vuelto a explotar para obtener ganancias monetarias. Ella no lo tolerará, ni debería hacerlo”, insistió el abogado en la carta.
El último capítulo de la pérdida de apoyos de Jamie Lynn es que tenía intención de hacer una generosa donación de parte de los beneficios del libro a This Is My Brave, una ONG dedicada a ayudar y concienciar sobre los problemas de salud mental. Sin embargo, la ONG ha decidido rechazar la donación por la mala imagen que en estos momentos proyecta Jamie Lynn, que el próximo 4 de febrero estrena en Netflix la segunda temporada de Sweet Magnolias.c