La Vanguardia (1ª edición)

Dembélé, a examen (comentario de texto)

- BarBcelorn­rnguardia.es

Francia es la tierra de la revolución, de la guillotina, del Mayo del 68, de los chalecos amarillos, ejemplos fehaciente­s que demuestran que sus ciudadanos no se andan con chiquitas cuando les tocan las narices. Pero también es el país del amor, de la bohemia, de los impresioni­stas, de la poesía. En este ambiente nació y creció un crío que responde al nombre de Ousmane Dembélé. Aunque en los últimos años ha vivido fuera de su país, en Dortmund y en Barcelona, ya era un hombre hecho y derecho cuando hizo las maletas y se fue de su tierra natal. Tenía 19 años y ahora tiene 24.

Como buen alumno del país jacobino, aprendió esos valores y esa cultura en la etapa escolar. Así pues, no resulta extraño que el día que, al cabo de los años, decide abrir la boca le salga la vertiente poética. Quien dice abrir la boca, dice escribir un mensaje en las redes, que es hoy el modo de hablar. El jueves sorprendía a sus seguidores con un texto que se sitúa a caballo entre el comunicado de prensa, la reflexión filosófica –de dónde venimos, hacia dónde vamos– y la poesía. De hecho, formalment­e, lo considerar­emos un poema.

Como al mismo tiempo es un comunicado, contiene un saludo y una despedida. En el saludo, después de “buenos días” añade un innecesari­o “a todos”. Los amantes y las amantes de los desdoblami­entos habrían optado por un “a todos y a todas”, pero con “buenos días” es suficiente para incluir a todo el mundo, si no es que la intención del emisor es dirigirse solo al público masculino, mayoritari­o en el mundo futbolísti­co. En la despedida mantiene el masculino genérico, bien, y denota una preocupaci­ón y una empatía adecuadas a

El escrito se sitúa a caballo entre el comunicado de prensa, la reflexión filosófica y la poesía

los momentos pandémicos que vivimos: “Cuidaos y cuidad a los vuestros”. De hecho, en lugar de cuidad ha escrito ciudad, pero es un error de tecleo bastante impercepti­ble, porque el contexto invita a leerlo bien.

A lo largo del poema se usa la figura retórica de la reiteració­n. Los cuatro primeros versos empiezan con “Hace cuatro años que”; dos de la segunda estrofa lo hacen con “A partir de hoy”; y en la tercera escribe tres veces “Prohíbo a cualquiera”. La reiteració­n, con mesura, es tolerable. Por otra parte, sin llegar al caligrama, y siguiendo la moda de las redes sociales, escribe dos palabras todas con mayúscula: pasión y ganar .Sila mirada se dirige aquí, dan un buen resumen de la intenciona­lidad del autor. Y también incluye un par de emoticonos, unos bíceps como final, y unos ojos que miran de lado, después de uno de los versos más bonitos e intrigante­s del poema: “Segurament­e el amor sea una variante del chantaje”. El poeta se define como hombre que no hace trampas y que tiene claro cuál es su sitio: el terreno de juego.

Yo le pondría entre un 6 y un 7.

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