Un gol entre la nada Un tanto in extremis de Frenkie de Jong da los tres puntos al Barça
Ganar para creer. En el modelo, en la idea y también en ellos mismos. Ganar por la necesidad imperiosa de puntuar de tres en tres en la Liga y también por una cuestión de recomponer el orgullo herido. Llegaba el Barça a Vitoria para medirse ante el Alavés sabiendo que una derrota podía pesar demasiado sobre las espaldas del equipo de Xavi, que tras quedarse sin la Copa del Rey, sin la Supercopa y sin la Champions tiene entre ceja y ceja terminar el curso entre los cuatro primeros de la Liga para tratar de volver a la máxima competición europea y a su esencia de club ganador. Pero eso será en todo caso la próxima temporada. De momento, el Barça respira con dificultades. Sigue sufriendo en exceso. Sigue sin brillar. Le costó muchísimo encontrar el gol que selló un reivindicativo Frenkie de Jong, recuperado para la causa. Un gol que da tres puntos salvadores en un partido donde lo mejor fue el resultado en la semana de los abrazos.
Los hubo de consuelo como el de Xavi para Ansu Fati en el césped de San Mamés. Otros fueron abrazos de apoyo, como los que recibió Xavi de la mano de Jordi Cruyff y del vicepresidente Rafa
Yuste en el último entrenamiento antes de partir hacia Vitoria. No hubo abrazos en cambio para Dembélé que por segundo partido consecutivo se quedó en Barcelona aunque esta vez apareció una indisposición gástrica como excusa invitada de última hora. Da lo mismo, no habría viajado. La lealtad y también la meritocracia son la nueva receta del club y también la de Xavi, que recuperó a Luuk de Jong en una delantera de nuevo inédita. El neerlandés, que actuó como referencia ofensiva del Barça, jugó junto a Abde, que se situó primero como extremo izquierdo y después se intercambió la posición con Ferran Torres para ocupar el derecho.
No faltaron en el once los clásicos. Los de siempre. Esos veteranos criticados y elogiados a partes iguales, últimamente más lo primero que lo segundo. Piqué, situado a la derecha, se esforzó por abrir camino buscando a Abde. También jugó Alba, sin competencia en la banda izquierda, y el capitán, Busquets, algo impreciso en algunos pases. Mendizorroza también trajo el regreso de Dest en detrimento de Alves. El lateral se batió en duelo con Rioja, uno de los futbolistas mas determinantes del conjunto de Mendilibar. Aunque le faltó decisión, buscó imprimir una conexión con Torres tratando de impresionar a un escéptico Xavi. A pesar de la presión dentro y fuera del campo, el Barça empezó el partido sintiéndose cómodo con el balón. Pero se fue apagando delante de un Alavés fiel a su estrategia de presionar arriba y de defender con la suficiente consistencia como para que al Barça le costara encontrar el camino para rematar entre los tres palos. Aún así el primer aviso fue de Luuk de Jong, que recibió un balón de Pedri para rematar con la derecha. El canario, que terminó fatigado tras provocar la prórroga en San Mamés, no brilló como de costumbre durante la primera mitad pero luego se activó. Hasta entonces, el Barça se vio obligado a forzar hasta cinco saques de esquina que apenas trajeron el peligro. Uno de ellos lo remató Piqué con el hombro. Contraatacó el Alavés gracias a unas supuestas manos de Abde, que
Xavi recuperó en el once a Dest en una muy discreta primera parte en la que su equipo apenas provocó peligro
Ferran Torres dio el balón a De Jong para que el holandés marcara el gol de la ansiada victoria