Las intenciones de Putin
La gran pregunta que hoy se hace todo el mundo es saber si Vladímir Putin está jugando de farol en Ucrania y hasta qué punto está dispuesto a propiciar una invasión o alguna acción militar como la realizada en Crimea o en el Donbass en el 2014. El mandatario ruso lleva mucho tiempo advirtiendo a Occidente que no puede tolerar que los países de su influencia (los ex soviéticos y los que formaban parte del Pacto de Varsovia) puedan acabar convirtiéndose en una amenaza para su seguridad. Pero la realidad es que la OTAN ha incorporado a muchas de estas naciones y la gota que ha colmado el vaso son las invitaciones a Georgia y Ucrania. Rusia ha tenido siempre muy claro el concepto de mantener sus fronteras lo más alejadas posible de Occidente para garantizar su seguridad. Y la historia le da la razón cuando recordamos los fracasos de Napoleón o Hitler en su intento de invadir el país. Ahora, esa distancia no existe. Rusia tiene fronteras con países de la OTAN como Noruega o las repúblicas bálticas, pero lo que ya no está dispuesta a aceptar es tenerlas en más de 2.000 kilómetros con Ucrania si este país entra en la OTAN.
La propuesta de Putin de que países como Bulgaria o Rumanía dejen la Alianza Atlántica es de muy difícil cumplimiento, pero Georgia y Ucrania no tienen por qué entrar si, a cambio, se puede llegar a un acuerdo para evitar una contienda. Es la hora de la diplomacia y de intentar recuperar a Rusia, que cada vez parece más alejada de Occidente y más echada en brazos de China. Putin se entrevistará en breve con Xi Jiping en el marco de los JJ.OO. de invierno.
¿Habrá guerra? En los recientes tumultos de Kazajistán, los expertos militares occidentales han apreciado la rápida reacción de Rusia al distribuir a miles de soldados por el país. Rusia está preparada para la batalla. Y Putin se juega su futuro en las próximas elecciones dentro de dos años. Su popularidad ha ido cayendo paulatinamente y el malestar de la población contra el Gobierno se traduce en protestas cada vez más persistentes y en actitudes negacionistas contra la vacunación.
Un conflicto externo como este le haría mejorar su imagen. Sería un error no tener todos estos elementos en cuenta.
Putin cree que se ha humillado a Rusia y hoy se siente acorralado. Cuidado.