Elena refuerza anticorrupción para atajar las críticas de injerencia en los Mossos
El conseller defiende la destitución de Trapero y pide abrir una etapa más plural
El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, anunció ayer la presentación de un nuevo protocolo para blindar la unidad anticorrupción de los Mossos y así atajar las acusaciones de haber purgado a la antigua cúpula para interferir en las investigaciones en curso. El conseller presentó un nuevo protocolo que expondrá a jueces y fiscales para que las investigaciones de corrupción solo sean conocidas por el aparato judicial. “Todo aquello que traspase el blindaje que deben tener los investigadores lo repruebo, y cualquier persona que haga esto será destituida”, advirtió.
Desde que decidió destituir al mayor Josep Luís Trapero al frente de los Mossos, Elena ha invertido el último mes en intentar justificar la decisión. Ayer, lo hizo ante la comisión de Interior del Parlament, donde se había comprometido a comparecer voluntariamente tras el revuelo provocado por la profunda remodelación en la cúpula de la policía y con el objetivo de dar por zanjada la polémica. “Es necesario un modelo de un liderazgo más coral y más plural”, esgrimió con relación a Trapero a quien elogió su trabajo, pero avanzó que el nuevo jefe del cuerpo, Josep María Estela, está “mejor preparado” para llevar a cabo un modelo basado en el territorio y la feminización. “No se ha purgado a nadie, no se ha castigado a nadie”, reiteró. “Hay mucha movilidad interna”, defendió en alusión al cambio del jefe de la comisaría de investigación criminal, Toni Rodríguez, que fue destituido justo después de Trapero y trasladado a la comisaría de Rubí. “Ir a Rubí no es un castigo. Es un reto policial muy importante”, defendió.
La destitución fulminante de Rodríguez, que pidió amparo al
“Cualquier persona que traspase el blindaje de los investigadores será destituida”, avisó el titular de Interior
TSJC para evitar injerencias en investigaciones a políticos independentistas como Laura Borràs y el exconseller Miquel Buch, sirvió de munición a la oposición, que acusó a Elena de querer meter mano en las investigaciones. El conseller huyó de la retórica sentimental que utilizó en RAC1 hace una semana cuando dijo que “moriría antes que tapar un caso de corrupción” y recordó que esta legislase pondrá en marcha un refuerzo de la unidad anticorrupción, donde se incorporarán nuevos agentes, tal y como ya planificó la antigua jefatura de Trapero.
El exconseller Ramon Espadaler, ahora en el grupo socialista-Units per Avançar acusó al conseller de remodelar la cúpula con el objetivo de crear una dirección de la policía mucho más gubernativa con un jefe más próximo a ERC (Estela) y un segundo cercano a Junts (Sallent). También cuestionó que se anunciaran 31 cambios de un plumazo, una maniobra que tachó de “arbitraria” y autoritaria. “Se quería mandar un mensaje a los mandos de que ‘aquí mando yo’”, recriminó. Por su parte, la CUP dejó claro que le dan igual los nombres y preguntó si la nueva dirección “servirá para paralizar los desahucios de familias vulnerables, la ley mordaza y eliminar los proyectiles de foam”, cuestionó Xavier Pellicer. Los Comunes pusieron en duda las formas y la oportunidad de los ceses y recordaron que los Mossos han tenido cinco jefes en cuatro años. “No sé si esto es bueno para el cuerpo policial”, se preguntó el diputado Marc Parés. Más beligerantes fueron desde la derecha y calificaron de purga la remodelación. Matías Alonso, de Ciudadanos, dijo que la antigua cúpula estaba igual de preparada que esta, y Lorena Roldán, del PP, aseguró que Trapero había sido defenestrado después de que se negara a ponerle un escolta.c