‘El ocaso de los dioses’ concluye el ‘Anillo’ ecologista de Carsen en el Real
El canadiense lamenta que su producción sea hoy más relevante que hace 20 años
El calendario operístico proseguirá con Pelléas et Mélisande (28/II-18/III), de Debussy, con dirección musical de Josep Pons y escénica de Àlex Ollé. Luego seguirá una trilogía de óperas producto de la colaboración entre Lorenzo Da Ponte y Mozart: Le nozze di Figaro, Don Giovanni y Così fan tutte de Mozart, todas ellas con dirección escénica de Ivan Alexandre. A continuación el Wozzeck, de Alban Berg, con Matthias Goerne y dirección de William Kentridge; Die zauberflöte, de Mozart, con producción de David McVicar; y para acabar la Norma, de Bellini (18-31 VII), en producción de Àlex Ollé para la Royal Opera House.c
“Wagner proponía en el ciclo del Anillo del Nibelungo una metáfora para criticar la revolución industrial del siglo XIX. Lo que resulta inquietante es que la metáfora se ha literalizado”, apunta Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, en la presentación de la ópera El ocaso de los dioses, que cierra desde esta noche en el coliseo lírico madrileño la gran tetralogía wagneriana que han venido programando durante las últimas temporadas. Y lo hace con nueve funciones que contarán con la espectacular escenografía que Robert Carsen ideó en el año 2000 para la ópera de Colonia y que parte justamente de la idea de catástrofe ecológica que apunta el ciclo, en el que, subraya Carsen, “el hombre no ha escuchado los avisos de Erda, la diosa de la naturaleza de la pieza, y lo ha destruido todo”.
“Desafortunadamente –añade el canadiense– el montaje se ha convertido aún en más relevante que hace veinte años. Entonces no hubiera creído que pudiéramos estar en esta posición mucho peor que la de entonces”. Y recuerda una anécdota que acerca su puesta en escena a la profecía. “El año que montamos El ocaso de los dioses en Colonia vivimos un verano tremendo que secó el Rin. Y los diarios pusieron juntas en primera página fotografías del río Rin de nuestra producción, lleno de basura, junto a imágenes reales del fondo del río”.
“Preferiría que hoy este Anillo no fuera ya relevante y las cosas estuvieran mejor, pero no es así. Y el mensaje de Wagner está ahí: destruimos, llega el fin de los dioun
“En la pieza el hombre no ha escuchado los avisos de Erda, la diosa de la naturaleza, y lo ha destruido todo”
ses y eso implica que algo nuevo debe venir. Desde el inicio del Anillo vemos que lo que Wotan intenta construir, como ese palacio, lo hace de manera desastrosa, todo su constructo está pasado de moda. Miente, engaña y hace lo que quiere porque se ve en una posición de privilegio. Pero el sistema se ha acabado. Y tras la destrucción, el final de El ocaso de los dioses abre la oportunidad de nuevo comienzo, es un mensaje importante al que debemos escuchar”.
Pablo Heras-Casado concluye la dirección musical del ciclo frente a una colosal formación orquestal, 115 músicos que actúan casi como un coro griego en esta obra repleta de dioses y héroes y que ocuparán, además del foso, ocho palcos a ambos lados del escenario para poder mantener la distancia de seguridad. “El ciclo del Anillo es el proyecto más importante de mi vida, de mi carrera, por lo que supone en sí mismo y por cómo lo hemos llevado a cabo durante la pandemia. La orquesta ya antes del proyecto estaba en condiciones maravillosas pero ha ido desarrollándose como hemos hecho todos con el proyecto, nos hemos permitido ir madurando y creciendo en este camino tan intenso”.
Protagonizada por Andreas Schager, Ricarda Merbeth, Lauri Vasar, Martin Winkler o Stephen Milling, Heras-Casado subraya que haber podido repetir con los cantantes en el ciclo hace que “en la ópera más compleja que pueda uno imaginar en el repertorio nos reencontramos pese a la pandemia con cierta familiaridad y un lenguaje común a la hora de afrontar este reto”. “Es una ópera en la que cada producción es casi una utopía realizada y en la que los músicos esta vez, con la distancia que los separa, además han de realizar un esfuerzo enorme para oírse entre sí y regular balances”, concluye.c