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El bicampeón de Europa impuso su estatus, templó la congoja y volverá a codearse con la élite continental: España estará en la semifinal del Europeo 2022 en Budapest el viernes. Sufrió, tembló, estuvo a punto de ceder un empate en los últimos segundos ante Polonia, pero emergió la figura de Rodrigo Corrales con dos paradas seguidas para certificar la victoria y el billete para estar entre los cuatro mejores de Europa.
“Se ha sacado el partido, pero no hemos jugado del todo bien. Nos ha perjudicado la ansiedad”, admitía Joan Cañellas, que regresaba al equipo después de perderse tres encuentros por la covid. El lateral de Santa Maria de Palautordera, con su aplomo y sus tres goles en la recta final, aportó la calma a un equipo que a punto estuvo de sufrir mal de altura.
Fue un partido extraño. España lo tenía todo a favor para acceder a semifinales: un empate le valía, el rival, colista del grupo, no se jugaba nada, y además, le había ganado semanas atrás en el torneo de preparación de Cuenca. Y más favorable que se le puso a los hispanos con el disuasivo 2-6 que asestó en 9 minutos, galopando a lomos del contragolpe, su mejor arma.
Pero fue un espejismo. No iba a ser tan fácil. Patryk Rombel pidió tiempo y Polonia empezó a darle la vuelta al partido y a complicar la vida a España, que no supo consolidar la ventaja y rematar el duelo. Primero, porque Polonia cerró mejor su defensa por el centro, con el meta Zembrzycki empezando a sacar manos (siete paradas en el primer tiempo). Y, en segundo lugar, porque los hispanos fueron perdiendo los papeles. Relajaron el muro del 6:0, demasiado vulnerable, Corrales se clavó en las cinco paradas y el ataque se encallaba. De modo que España encajó un 4-1 y se vio empatada (8-8, a los 17m).
Jordi Ribera paró el crono para reordenar al equipo, que respondió con dos contras seguidas, de Casado y Aleix, para reestablecer la ventaja (8-10), que mantuvo hasta el descanso (13-14), aguantando el intercambio de golpes.
Poco cambió el panorama a la vuelta de vestuarios, pese a que Ribera salió con Casado y Tarrafeta para manejar mejor. España nunca pudo sentenciar, pese a que alcanzaba varias veces los tres goles de renta (16-19, 18-21, 21-24), hasta el 24-27 de Cañellas a falta de siete minutos. Polonia, entre los misiles de Daszek y las diabluras de Moryto, volvía a engancharse y a poner el miedo en el cuerpo. Sobre todo con el 27-28 a falta de un minuto y medio.
Entonces llegó el pánico. Ribera rescató a su equipo con un tiempo a falta de 53 segundos para montar el último ataque. Pero perdieron la bola y Polonia estuvo a punto de empatar por dos veces. Se estrelló contra Corrales, que en la segunda parte llevaba una parada y un discreto 6/26, y en la hora decisiva detuvo con la mano a Moryto y con el pie a Czuwara a falta de 30s.
España evitó el susto por los pelos y disputará la sexta semifinal consecutiva de un Europeo y la 10.ª en total. Su rival saldrá del Dinamarca-Francia de hoy (20.30).
España: Corrales, Solé (4), Maqueda (2), Guardiola, Peciña, Migallón, Fernández (3); Gurbindo (1), Sarmiento (1), Casado (4), Aleix (4, 1p), Cañellas (3), Tarrafeta (3), Figueras (3), Ariño, Pérez de Vargas (ps).
Parciales: 1-2, 2-6, 6-8, 8-10, 1112, 13-14 (descanso); 14-16, 17-20, 21-23, 23-25, 25-27, 27-28.c
Rodrigo Corrales se erigió en héroe de un duelo que España no supo cerrar pese a ir ganando de tres goles