EE.UU. apunta y Ucrania dispara
Washington informa oficiosamente y niega oficialmente que localiza y señala objetivos rusos
Todo lo que tiene que ver con el espionaje y lainformacióndeinteligencia es delicado y por definición engañoso. Altos funcionarios estadounidenses revelaron que Estados Unidos proporcionó a las fuerzas armadas ucranianas datos clave que les ayudaron a localizar, atacar y hundir el buque insignia de la flota rusa del mar Negro, el Moskvá ,a mediados de abril. Los soplos o pistas de los servicios estadounidenses también ayudaron a Ucrania a matar a unos diez generales de Vladímir Putin, de nuevo según portavoces de la Administración que hablaron bajo condición de anonimato.
Una vez publicadas estas informaciones en algunos medios, el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, negó el jueves que Estados Unidos hubiera dado al ejército ucraniano “información específica sobre objetivos” que les permitiera hundir el Moskvá.
Pero fue un desmentido a medias y, como es obvio, casi obligado para evitar que Moscú pueda aducir que EE.UU. se ha implicado directamente en la guerra contra Rusia para, de ese modo, justificar posibles represalias contra el país norteamericano y sus aliados.
“No proporcionamos a Ucrania información específica sobre objetivos para el Moskvá. No estuvimos involucrados en la decisión de los ucranianos de atacar el barco ni en la operación que llevaron a cabo”, dijo Kirby, primero en un comunicado y después en intervención pública y televisada. Luego insistió en que el Pentágono incluso “desconocía” la intención de las fuerzas de Ucrania de apuntar al barco. Añadió que “los ucranianos tienen sus propias capacidades de inteligencia para rastrear y apuntar a los buquesdeguerrarusos,comolohicieron en este caso”.
Pero los informes de la aportación estadounidense no habían caído del cielo, y no en vano se publicaron en los principales medios con mención a esos “altos funcionarios” que se los transmitieron.
La misma historia respecto a las crónicas igualmente salidas de fuentes oficiosas en relación con el papel de EE.UU. en la eliminación de altos mandos del ejército del país invadido. De nuevo el portavoz de Defensa negó que el Pentágono o alguna de las agencias de Inteligencia del país hubieran indicado la posición de los generales rusos en el campo de batalla para que los soldados ucranianos pudieran acabar con ellos.
Kirby sí admitió que Estados Unidos ofrece inteligencia militar a Kyiv “para ayudar a los ucranianos a defender su país”. Pero casi maquinalmente matizó: “No proporcionamos inteligencia sobre la ubicación de los líderes militares de alto rango en el frente ni participamos en las decisiones de selección de objetivos del ejército ucraniano”.
El portavoz destacó que no hay que perder de vista lo principal, y es que aquí “el enemigo es Rusa”. Una innecesaria pero elocuente aclaración de la que cabía entender, que no es útil ni conveniente enredar más de la cuenta en lo que se refiere al alcance y los detalles de la asistencia que Washington presta a Kyiv a través de sus sistemas de vigilancia de los movimientos rusos: una información sin duda esencial pero que no debe ser vista por los rusos como parte integrante y sustancial de la contraofensiva de Ucrania.
El hundimiento del Moskvá fue un durísimo golpe al orgullo de Putin y sus fuerzas armadas, así como un problema de primer orden en términos de opinión pública. Se trataba de un buque insignia de su flota y del primer barco suyo de esas dimensiones hundido por un enemigo desde la Segunda Guerra Mundial. Y qué decir de la decena de generales que el ejército resistente habría abatido en apenas dos meses y medio de guerra: otro hito especialmente desagradable para el Kremlin.
En los prolegómenos y la primera fase de la contienda, la Administración Biden optó por revelar gran parte de lo que conocía de lo que los rusos estaban preparando. Fue una política arriesgada pero que contribuyó a reforzar y en muchos casos a recuperar la confianza de los aliados en Washington. Pero una cosa es decir lo se sabe que el adversario trama y otra muy distinta, revelar todo lo que uno mismo hace.c
El Pentágono necesita negar el apoyo directo a Kyiv a fin de no dar a Rusia un pretexto para que responda