El ministerio dispone de sistemas de seguimiento pero hasta el momento han quedado al margen
La tranquilidad en el Ministerio del Interior no existe. Desde que Fernando Grande-Marlaska está al frente, los incendios —avivados en gran medida por la derecha y la extrema derecha— son una constante, aunque el exmagistrado de la Audiencia Nacional ha ido apagándolos, saliendo más o menos indemne. Sin embargo, y contra pronóstico, con el escándalo de espionaje a líderes independentistas, el titular de Interior ha logrado trazar un cortafuegos en torno a su departamento desde el momento en el que saltó la polémica. “Ni Interior, ni la Policía Nacional, ni la Guardia Civil, ni ninguno de sus empleados han utilizado nunca Pegasus”, aseguran fuentes ministeriales, convencidas de que en esta ocasión no les salpicará un asunto que hace tambalear la legislatura.
El hecho de que el estudio que reveló el espionaje a 63 personas relacionadas con el procés identificase el virus que se utilizó para atacar los teléfonos móhabía viles de estos hizo que el foco no se pusiese en Interior. Marlaska respiraba tranquilo porque el sistema de intervención de las comunicaciones del que disponen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, utilizado con mandato y control judicial, es distinto a Pegasus. “Es imposible utilizarlo al margen de la ley”, explican fuentes de Interior.
Este sistema, muy garantista y que deja marcada la trazabilidad de su uso, exige la introducción de un código para proceder a la intervención telefónica que lo proporciona el propio juez. Además, no permite trocear la información obtenida: todo lo intervenido tiene que ser entregado al magistrado que es quien decide qué se expurga y qué no. De ahí, la tranquilidad con la que se ha mostrado el ministro en estas dos semanas: “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no espían ni infectan, hacen registros judiciales autorizados de determinados móviles”, trasladan las mismas fuentes.
Después de que la directora del CNI acreditase el jueves en el Congreso el espionaje legal a 18 líderes independentistas, entre ellos Pere Aragonès, Gabriel Rufián aseguró que Paz Esteban
La otra derivada de Pegasus, el espionaje al presidente Sánchez y la ministra de Defensa, pinta que tampoco le afectará. Pese a que a mediados de semana algunos medios apuntaron a que la seguridad de los teléfonos móviles de Moncloa depende de Presidencia “en coordinación con Interior”, lo cierto es que la ciberseguridad de los terminales recae en el Centro Criptológico Nacional, dependiente del CNI. Así lo demuestra “la obviedad”, dicen fuentes ministeriales, que supone que en estos momentos es el organismo encargado de rastrear si esos móviles fueron infectados por Pegasus.
En Interior aún están pendientes de conocer el resultado del análisis del móvil de Marlaska. Se muestran prudentes y “sin hacer especulaciones”, aunque admiten la preocupación por un fallo en la seguridad de esta magnitud.c