La obra ‘#Puertas abiertas’, de Emma Riverola, se estrena en Nueva York
Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub El Hilali dialogan contra los prejuicios
El Repertorio Español es uno de esos teatros que la gente del sector califica de “bombonera”. Pequeño pero con embrujo.
Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub El Hilali están encantados sobre el escenario en el que este viernes estrenaron en Nueva York la obra #Puertas abiertas, texto con el que la autora Emma Riverola debutó en esto de la farándula. “Jamás me había planteado escribir una obra de teatro”, responde por teléfono desde Barcelona.
Riverola, de 56 años, lleva desde el 2010 escribiendo un artículo diario de lunes a viernes en El Periódico. El 15 de noviembre del 2015 publicó uno titulado #portesouvertes, donde reflexionó sobre este hashtag
que circuló por Twitter en París tras los atentados del Bataclan. La ciudad se bloqueó, tomada por la policía. Muchos parisinos se vieron atrapados sin poder regresar a sus hogares. Esa iniciativa solidaria consistió en abrir las puertas de casas en la zona afectada y ofrecer cobijo a esos que no sabían a donde ir.
“Tan simple y tan inmenso”, escribió entonces Riverola. “Hay que tener mucho valor para esa noche abrir las puertas de tu casa. Para conjurar el dolor y el miedo y no parapetarse en la barricada del egoísmo”, añadió.
Se quedó con las ganas de profundizar. Autora de varias novelas, detectó que en ese hashtag había algo más.
Aunque tenía otro libro entre manos, comprendió que debía aparcarlo y sacarse de encima esa otra historia o no podría hacer nada más. “Veía una obra de teatro y me lancé”. Su Julie
(Guillén Cuervo), mujer de mediana edad, acoge a Faruq (Ayoub El Hilali), joven árabe. Su relación es un cruce de mentiras provocadas por el miedo, pero
Riverola se inspiró en el ‘hashtag’ #portesouvertes de acogida tras el atentado del Bataclan
no solo al terrorismo islámico. Existe otro terror, el del interior, dentro del hogar.
Riverola mantiene amistad con el actor Abel Folk, al que le pasó el texto. “Me gustó y quise hacerla, remarca Folk, también por teléfono, que asumió la dirección escénica. “Es una función que habla de cosas que hemos vivido y conmocionado a todos”, recalca. “Se convierte en algo terapéutico. Emma tiene la capacidad de hablar desde el punto de vista en el que nadie es mejor que nadie”, asegura.
Folk pensó en Guillén Cuervo que, de entrada, tuvo reticencias. “Venía de hacer muchas cosas, no podía estar más fuera de casa. Me insistió que leyera el texto. Lo leí y me dije: esto tengo que contarlo”, responde horas antes del estreno, en el patio de butacas del Repertorio Español, al este del bajo Manhattan. “Es un texto necesario, que sacude, que hace que a la sociedad un poco más sana”.
También El Hilali, árabe de Cornellà, sintió dudas. “Leí las diez primeras páginas y me dije que no tragaba ni de broma”. Consideró de forma prematura que otra vez le pedían el típico papel del malo habitual. “En ese momento pecaba de la lucha que mantengo cada día contra