“Este día recordamos la historia, pero no solo del país en general, sino de cada familia y sus antepasados”
aniversario del fin de la guerra, o la inmortal Katiush, ya uno los himnos no formales de la Gran Guerra Patria, como se conoce en ruso a la parte de la Segunda Guerra Mundial que les tocó luchar.
“Es algo muy emocionante por los recuerdos de familia. Mi padre, que era muy joven, luchó la parte final de la guerra. A mi abuelo le tocó toda”, explica Margarita, que no se pierde ningún año las celebraciones y que esta vez ha venido con su hija Alina.
Pero este año sobre la plaza Roja de Moscú no solo planean aviones y helicópteros, sino también la campaña militar que el presidente ruso, Vladímir Putin, inició el 24 de febrero, cuando ordenó a las tropas entrar en Ucrania.
Él y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, hicieron ayer referencia al enemigo común de la Segunda Guerra Mundial para acusar al otro de nazismo. Zelenski dijo en Telegram que Rusia había hecho en su país “una sangrienta reconstrucción del nazismo” y acusó al Kremlin de “imitar fanáticamente” al régimen nazi.
Replicó Putin en un mensaje a los pueblos y dirigentes de varias exrepúblicas soviéticas, incluido el pueblo de Ucrania. En él se refirió al Gobierno de Kyiv como “los herederos ideológicos de quienes fueron vencidos en la Gran Guerra Patria (...). Nuestro deber común es evitar el renacimiento del nazismo, que tanto sufrimiento trajo”, añadió. Cuando el jefe del Kremlin envió al ejército a Ucrania dijo que su objetivo era apoyar a las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Donetsk y Luhansk, pero también “desmilitarizar y desnazificar” el país vecino.
Debido a su marcado simbolismo militar, no han sido pocas las especulaciones entre políticos y medios occidentales sobre el mensaje que el jefe del Kremlin dejaría en su discurso del día de la Victoria. Una de las ideas que se han barajado es la posibilidad de declarar oficialmente la guerra a Ucrania, lo que significaría movilizar más tropas y a los reservistas. Pero el mismo Kremlin lo negó la semana pasada. “No es verdad, es un disparate”, dijo tajante su portavoz, Dimitri Peskov.
También se especuló con la posibilidad de que Rusia diera este día por finalizada su “operación militar especial”, idea de la que se llegó a hacer eco el propio papa