La Vanguardia (1ª edición)

“No dejaremos a nuestros heridos”

La última resistenci­a de Mariúpol no se rinde para evitar el control total ruso de la ciudad

- KYIV

Los soldados ucranianos atrinchera­dos desde hace semanas en las galerías subterráne­as de la inmensa acería de Azovstal, último bastión de resistenci­a contra el ejército ruso en el devastado puerto de Mariúpol, anunciaron este domingo que descartaba­n rendirse. “La rendición no es una opción porque Rusia no está interesada en nuestra vida. No les importa dejarnos con vida”, dijo el oficial de inteligenc­ia ucraniano Ilya Samoilenko durante una conferenci­a de prensa transmitid­a por video.

“Todos nuestros suministro­s son limitados. Nos queda agua.

Nos quedan municiones. Llevaremos nuestras armas encima y lucharemos hasta el mejor desenlace posible de esta situación”, agregó desde los sótanos del polígono industrial.

“Tenemos alrededor de 200 heridos aquí. Tenemos muchos heridos, gente que no podemos dejar aquí. No podemos abandonar a nuestros heridos, a nuestros muertos, estas personas merecen un trato adecuado, merecen un entierro en condicione­s... No dejaremos a nadie atrás”, continuó.

“Nosotros, el personal militar de la guarnición de Mariúpol, hemos sido testigos de los crímenes de guerra cometidos por Rusia, por el ejército ruso. Nosotros somos los testigos”, agregó Samoilenko, quien habló unas veces en ucraniano y otras en inglés durante la delicada videoconfe­rencia.

Al final de la comparecen­cia de prensa, Katerina Prokopenko, esposa de uno de los jefes de la brigada Azov, Denis Prokopenko, se unió a la discusión también por videoconfe­rencia, usando un tono desesperad­o. “Exigimos una acción contundent­e del Gobierno, queremos que todos sobrevivan para contar sus historias a sus hijos y nietos. (...) No debemos quedarnos llorando, debemos hacer todo para salvarlos”, dijo.

Durante varias semanas, Mariúpol ha quedado casi en su totalidad bajo control ruso. Solo quedó fuera de su control la inmensa acería de Azovstal, que el ejército ruso ha estado golpeando sin tregua, más allá de los combates cuerpo a cuerpo que se han librado en el intento de tomarla. Muchos civiles estaban allí con los combatient­es ucranianos en condicione­s extremas, hasta la evacuación de las últimas mujeres, los últimos niños y ancianos el sábado, según Kyiv.

La captura de Azovstal permitiría a Moscú reclamar el control total de Mariúpol, un puerto estratégic­o en el extremo sur del Donbass que tenía casi medio millón de habitantes antes de la guerra, pero que ha sido destruido casi por completo tras dos meses de asedio y bombardeos rusos.c

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