Rueda releva a Feijóo
Alfonso Rueda será investido el próximo jueves presidente de la Xunta de Galicia, en sustitución de Alberto Núñez Feijóo, nuevo líder nacional del Partido Popular. Tras encadenar cuatro mayorías absolutas, Feijóo abandona sus lares dejando el listón muy alto y, también, una pregunta en el aire: ¿será capaz Rueda de revalidar para el PP la brillante etapa que ha protagonizado su antecesor?
Es verdad que la trayectoria gallega de Feijóo está marcada por el éxito, y, de hecho, destaca incluso si la comparamos con sus antecesores al frente de la Xunta. Solo Manuel Fraga Iribarne, que ocupó 15 años su presidencia, supera los 13 años de Feijóo. Y es también verdad que el presidente ahora saliente ha logrado una autoridad y una estabilidad infrecuentes. De modo que no le resultará fácil a Rueda estar a la altura. Además, su perfil público es relativamente discreto: en una reciente encuesta, el 45% de los gallegos decía desconocerle.
Dicho esto, juega a favor de Rueda su amplia experiencia en el partido, que data de hace 30 años, cuando fue elegido presidente de Nuevas Generaciones por Pontevedra; y también su experiencia en la Xunta, donde ha sido un discreto pero efectivo vicepresidente de Feijóo durante unos diez años. En otras palabras, su conocimiento de la administración gallega será con toda probabilidad una baza importante en su favor. Sin olvidar, claro, que Feijóo le cede las riendas de la Xunta a media legislatura y que tiene tiempo para granjearse el aprecio de los votantes.
Para eso será necesario acentuar su empatía. Feijóo ha seguido un modelo muy presidencialista, ha asociado mucho el primer cargo de la Xunta a su persona, y su marcha deja en el partido cierta sensación de orfandad. Aunque también es cierto que, probablemente, mantendrá no poca presencia en Galicia. Ahí debe comportarse Feijóo con prudencia, para que su sombra no impida el fortalecimiento del nuevo liderazgo de Rueda y, al tiempo, para prestarle su ayuda en cuanto pueda ser necesario.
El éxito de Feijóo se ha debido a sus aciertos –la gestión de la covid, por ejemplo– y también a cierta debilidad de sus rivales. Eso está cambiando. Quizá no aún entre los socialistas, pero sí en el BNG, cuya líder, la pragmática Ana Pontón, goza de alta valoración. Aun así, a dos años del final de la legislatura, con 42 parlamentarios (cuatro por encima de la mayoría absoluta) y con el BNG, segunda fuerza, en 19 escaños, mucho se tendrían que torcer las cosas para que Rueda no acabe con bien la legislatura.c
El nuevo presidente de la Xunta es poco conocido, pero tiene larga experiencia