El movimiento es vida
Joan Ratera llegó a pesar 120 kilos. “Andaba seis metros y me cansaba”, recuerda. Ahora recorre entre 6 y 10 kilómetros cada día y su báscula se mueve entre 77 y 80 kilos. Joan es uno de los pacientes de la nueva consulta especializada en prescripción de actividad física a enfermos crónicos que se ha estrenado en el CAP Iguadada Nord (Anoia). En este centro médico los enfermos crónicos no solo reciben el tratamiento farmacológico sino también pautas individualizadas de actividades físicas para incrementar su longevidad y su bienestar.
La propuesta de este ambulatorio se fundamente en los programas de la OMS sobre la actividad física como medio de prevención y gestión de enferma medades. “El ejercicio físico es muy accesible para la población sana y de un nivel socioeconómico elevado, pero no lo es tanto para las personas vulnerables o para los enfermos crónicos”, explica la directora del centro, Aurora Garriga. “Y está demostrado que mejora la situación física y mental de los enfermos crónicos, que ayuda a reducir la medicación, a mejorar la calidad de
El Departament de Salut
■ impulsa la promoción de la actividad física en el sistema sanitario desde el año 2005, habida cuenta que la falta de ejercicio comporta una disminución de la salud de la población y esto repercute en una presión asistencial que recae en primera instancia en la vida y a alargar la supervivencia”.
La iniciativa del CAP Igualada Nord se dirige de momento a tres tipos de patologías: las personas con insuficiencia cardiaca, los diabéticos con un control deficiente de la enfermedad y los pacientes poscovid. Más adelante se agregarán afectados por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, para quienes el ejercicio “representa tanta mejora o más atención primaria. Según las directrices OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios (2020), cada año se podrían evitar entre cuatro y cinco millones de muertes en el mundo si todas las personas se mantuvieran más activas físicamente. En el caso de los adultos, la organización atribuye que cualquier fármaco”, explica Garriga.
Joan Ratera, de 63 años, sufrió una insuficiencia cardíaca hace dos. Había practicado natación, pero durante los últimos 15 años llevó una vida sedentaria. Adolf Castro, enfermero de atención primaria especializado en actividad física y patologías (además de estudiante de INEF) se ha encargado de prepararle un prograbeneficios para la salud, como pauta semanal, en más de 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada (correr, caminar, bicicleta, natación, marcha nórdica) o bien 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad vigorosa, o una combinación equivalente.