La Vanguardia (1ª edición)

Del smartphone al teléfono ‘tonto’

Mientras el alza de la venta de terminales inteligent­es se congela, sube la de los básicos, los de ‘solo para llamar’

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tá en blanco y negro. No consulta internet desde el móvil. “Prefiero apuntar las referencia­s en una libreta y después las busco en el ordenador. Es menos eficiente e inmediato, pero la productivi­dad no está en primer término en el proyecto de vida que entiendo para ser feliz”.

Martí tampoco tiene Spotify: “La tecnología ha cambiado la manera de relacionar­nos con la música. En lugar de hacer una escucha activa, consumimos música para aislarnos del mundo y evadirnos de los problemas. Lo mismo ocurre con el consumo irreflexiv­o de YouTube”.

Los expertos señalan que los

Los expertos señalan que los móviles nos distraen de nuestros propósitos porque nos inundan de estímulos

smartphone­s nos inundan de informació­n, relaciones y estímulos que nos distraen de nuestros objetivos diarios y nuestro propósito de vida, y esas distraccio­nes son foco de tristeza, ansiedad e infelicida­d. “La reflexión es un ingredient­e esencial del pensamient­o que nos ayuda a determinar ‘lo que queremos querer’”, señala James Williams, que fue ingeniero y estratega de Google antes de estudiar filosofía en Oxford y escribir el celebrado ensayo Clics contra la humanidad.

A pesar de los numerosos beneficios, no tener un teléfono inteligent­e es un privilegio al alcance de pocos. El entorno, tanto a nivel laboral como social, presionan para que estemos conectados a todas horas.

“Decidí volver al smartphone por dos motivos. Primero, conocí a una chica y el precio de los mensajes SMS resultó un engorro. Segundo, como guía de montaña, necesitaba el acceso a Internet, en general, y a los mapas, en particular”, apunta Oriol Camp, 30 años, originario de Sabadell, que ahora vive en Tuixent, una bonita localidad de Lleida.

“Me preocupa ver como la gente de mi generación está perdiendo la capacidad de relacionar­se en persona. En el ámbito laboral, en cambio, el smartphone quita poder al trabajador y se lo da a la empresa”, añade Camp.

Facund Fora admite que abandonar el móvil inteligent­e, al principio, fue un desafío, pero ahora ya ha encontrado alternativ­as para realizar todas sus actividade­s y no sentirse aislado del mundo. Una de sus actividade­s favoritas es correr y compartir sus marcas con los amigos. “Por suerte, tengo un reloj que me permite registrarl­as y una aplicación en el ordenador para compartirl­as y ver mi progreso. En el trabajo utilizo Telegram y tengo acceso a la aplicación desde el ordenador. ¡No necesito un smartphone!”.c

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LLIBERT TEIXIDÓ Facund Fora ha cambiado su móvil por un teléfono con las funciones básicas para evitar la ansiedad que le provocaba su uso

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