La Vanguardia (1ª edición)

El Atlético le puso más ganas

La necesidad de los de Simeone se impuso a un Madrid que ya piensa en París

- CARLOS NOVO

El estado de necesidad del Atlético se impuso a un Madrid destensado y remendado por Ancelotti con una mezcla que se limitó a sobrevivir en el primer tiempo y se metió en el partido en el segundo, sin que esta vez le diera tiempo a

por lo menos un empate.

El Madrid jugó de salida sin futbolista­s básicos como Courtois, Modric, Benzema o Vinícius. Demasiadas concesione­s y la demostraci­ón de que con el título de Liga en el bolsillo, ya solo está para su final de París del 28 de mayo. Por supuesto no hubo pasillo y los dos equipos saltaron al césped a la vez.

El Atlético, que se jugaba su plaza de Champions, respondió con un partido muy de su estilo, con más energía que juego. Desarmó al Madrid a empujones con un equipo movido por Koke y Kondogbia que tuvo su mejor hombre en Carrasco, un puñal en sus penetracio­nes por la banda que defendía Lucas Vázquez. Arriba Simeone dejó en el banquillo a Griezmann y Luis Suárez y apostó por Cunha, un delantero tipo Diego Costa pero low cost, y Correa, quizás el atacante más seguro esta temporada en la que João Felix, lesionado, no acaba de romper por más que de vez en cuando tenga ramalazos de crack.

Pronto se vio que el Madrid lo iba a pasar mal. Sostenido por Camavinga en el centro del campo y sin presencia ofensiva, los blancos se acularon enseguida en la portería defendida por Lunin. El Atlético tuvo una par de ocasiones tempranas por medio de Correa y Carrasco, pero durante la mayor parte del primer tiempo el juego fue bastante insulso. El Atlético tenía el balón pero no conseguía deshacer la madeja defensiva blanca, en la que Vallejo resultaba el más entonado, algo sorprenden­te para alguien que apenas ha jugado en toda la temporada.

Cuando el partido marchaba hacia el descanso sin más ocasiones que las dos primeras el partido se desequilib­ró en el minuto 38 en un penalti de Vallejo a Cunha, que enfilaba hacia la meta de Lunin cuando Vallejo y Militão le salieron al cruce y le derribaron. Soto Grado fue hacia el monitor del VAR e interpretó que el defensa aragonés había empujado al brasileño. Transformó el penalti Carascar rrasco, autor de los tres últimos goles de este Atlético.

Tras el tanto espabiló un poco el Madrid, que tuvo su única ocasión en el primer tiempo en el último minuto en un remate de Jovic que tapó Oblak. El serbio no iba a jugar de inicio pero tuvo que hacerlo porque Mariano se lesionó en el calentamie­nto. Hasta en eso tuvo mala suerte el delantero catalán.

La segunda parte se inició con un cambio en el Atlético. Simeone retiró a Correa y se acordó de Griezmann, al que el Metropolit­ano ya recibe como uno de los suyos, lo que le ha costado.

La segunda parte salió con el Madrid dominador. Primero, porque la desventaja en el marcador le obligaba a algo más. Segundo, porque el Atlético, cuando marca un gol, lleva en los genes tirarse atrás, darle el balón al contrario y tratar de rematarle a la contra aprovechan­do los espacios creados.

Como la posesión del Madrid se reveló bastante insustanci­al, Ancelotti ordenó sus primeros cambios al cuarto de hora. Entró Vinícius por Jovic y Valverde por Casemiro.

El partido quedó mucho más

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