La Vanguardia (1ª edición)

Moreno: “Ya somos mayores para poner castigos”

- Cornellà de Llobregat

roto y la primera ocasión fue para los colchonero­s tras una pérdida de Camavinga en el centro del campo que acabó con Cunha delante de Lunin, que evitó el 2-0 con su mejor parada.

Luego le llegó el turno a Modric y Mendy por Kroos y Militão. Por entonces el Madrid era otro por el impacto de Vinícius en el juego. Empezó a llegar con peligro y Oblak intervino para desviar a córner un chut lejano de Valverde que se colaba.

No llegó el empate y el Atlético, a la contra, tuvo ocasiones para sentenciar. Griezmann falló una muy clara y Carrasco chutó al palo con todo a favor.

El Madrid terminó encerrando al Atlético en su área, y Nacho falló un gol cantado que hubiera supuesto el empate con un cabezazo fácil sin marca encima. Sufrió el Atlético con la presión del Madrid, pero por fin le ganó en el Metropolit­ano y saboreó tres puntos de oro en su lucha por la Champions. Los pocos aficionado­s del Madrid presentes en el estadio terminaron cantando el “campeones, campeones”.c

Con la afición al borde de un ataque de nervios, el Espanyol protagoniz­ó otra tarde de contrastes frente al Osasuna y perdió la enésima ocasión para certificar matemática­mente su permanenci­a en Primera División. Los pericos regalaron el primer tiempo y en el segundo el joven Melamed logró empatar el gol de Kike Barja. Un punto que le acerca mucho al objetivo, casi logrado. Y por si faltaba tensión en Cornellà, Vicente Moreno decidió añadir una tonelada más dejando en el banquillo a Raúl de Tomás, penalizado por su desplante en el Bernabeu. Los gritos de “Rufete vete ya”, los pitos y hasta los pañuelos al equipo, habituales en el primer tiempo, terminaron olvidados por la mayor intención del equipo en la parte final del partido.

No perdonó Vicente Moreno su conflicto con De Tomás en el Bernabeu (discutió con el delantero en el banquillo y le agarró de la camiseta), y compareció el Espanyol sin su mejor jugador, autor de 15 goles este curso, en una decisión defendida por el club como puramente técnica. Fue una concesión al rival. Esta por ver si este nuevo incendio se apaga solo o se convierte en divorcio, pero la decisión de Vicente Moreno es la de quien se siente fuerte en su puesto. Más allá de que pueda continuar o no en su cargo (tiene un año más de contrato pero una parte de la afición no está contenta con su trabajo), ha dejado claro que tomará sus propias decisiones hasta el último día.

El primer tiempo resultó un ejercicio de reproches constante por parte de una grada en permanente estado nervioso desde hace semanas hacia un equipo incapaz de igualar, en este caso, el empuje de Osasuna. Nada se jugaban los navarros y sin embargo fueron mejores. Se aprovechar­on de un equipo empequeñec­ido por su entrenador, que prefirió salir con tres centrales y renunciar al balón en el encuentro señalado para certificar la salvación matemática del equipo.

La ausencia de De Tomás lo condicionó todo y el Espanyol cedió el mando a su rival, mucho más alegre en su juego. Las incursione­s en terreno visitante fueron casi siempre en transicion­es rápidas, con conduccion­es de Sergi Darder, cabalgadas de Wu Lei y Puado o llegadas en segunda línea de Vilhena, que rozó el gol en un disparo desde la frontal justo antes del cuarto de hora. Pero esa vocación contragolp­eadora se fue apagando con el paso de los minutos. Antes de la media hora apareciero­n los primeros gritos contra Rufete, que ya se dieron frente al Rayo Vallecano, y que ayer se repitieron en un par de ocasiones. Poco después los pitos se los llevaba el equipo, incapaz de jugar con un mínimo de criterio en campo contrario. La gota que

El técnico del Espanyol, Vicente Moreno, negó en la rueda de prensa posterior al partido que la suplencia de De Tomás respondies­e a un castigo por el enfrentami­ento que ambos tuvieron en el Santiago Bernabeu. “Somos mayores para poner castigos. No lo hago ni con mis hijos. No hay ningún problema con Raúl, todo lo contrario. Estaría bien que le preguntara­is a él, pero no hay nada más”. El técnico basó su decisión en motivos futbolísti­cos y aseguró que “volvería a hacerlo”.

Ancelotti presentó un equipo de suplentes, pero el Atlético, pese a tener más ocasiones, sufrió al final

ccolmó el vaso fue el gol del Osasuna, antes del descanso. Kike Barja batió con una preciosa vaselina a Diego López tras un pase al espacio de Budimir. La grada culpó a Aleix Vidal, que perdió el balón que originó el gol. Más pitos e incluso algún pañuelo blanco despidiero­n al equipo en el intermedio.

Rectificó su propuesta Moreno y dio entrada a De Tomás, consciente de su error de cálculo y de la imperiosa necesidad de tener sobre el campo al mejor jugador del equipo. El Espanyol igualó el duelo y comenzó a merodear el área rival con facilidad. Perdonó Budimir, en el

 ?? PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP ?? Carrasco logra el único tanto del partido al transforma­r un penalti engañando al portero Lunin
PIERRE-PHILIPPE MARCOU / AFP Carrasco logra el único tanto del partido al transforma­r un penalti engañando al portero Lunin

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