La influencia de Jordi Alba en el Barça no se resiente sin Messi
Diez temporadas después, Jordi Alba (33) sigue siendo el amo y señor de la banda izquierda del Barcelona. Discutido pero sin relevo natural en la plantilla, es un fijo en las alineaciones. Nadie ha podido desbancarlo. Es la paradoja del lateral: sospechoso en muchas acciones defensivas, criticado por su tendencia a la exageración y al poco control de los nervios, es una de las mejores alternativas ofensivas del Barça, ya sea como pasador o con disparo para finalizar. A los entrenadores les compensa el riesgo, también a Xavi.
Si alguien pensaba que con la marcha de Messi, su gran socio durante el último lustro, el rendimiento del lateral zurdo se vería menguado, se equivocaba. El curso pasado, Alba participó en 20 tantos: cinco llevaron su firma y en 15 fue el asistente. Sin el argentino, los números tampoco se han resentido ya que lleva tres goles y 12 asistencias. Es decir, que sigue siendo muy influyente cuando el Barça ataca con el balón.
La del Villamarín, donde estuvo a punto de ser sustituido por Lenglet –llegó a quitarse el peto para entrar–, fue su tercera diana esta campaña, todas con Xavi. La volea fue muy parecida a la que le marcó al Atlético en el Camp Nou, también tras otro centro templado de Alves, el lateral de la otra banda.
Cada verano se le busca un competidor –suenan Marcos Alonso y Galán– y después, si llegan, duran poco. Cucurella está en el Brighton, Miranda juega en el Betis, Digne milita ahora en el Aston Villa y Firpo hizo las maletas hacia Leeds. Mientras que el joven Balde (19 años), con ficha del filial, apenas ha sido una vez titular, con Koeman. Alba siempre se recupera.c