Ha nacido una estrella

Proclamaba el bueno de Nacho Calvo, comentarista de La 1 de TVE, que la final del Masters 1.000 de Madrid ha consagrado a Carlos, Carlitos, Charly Alcaraz como gran nueva figura del deporte español, sobre todo después de derrotar en tres días consecutivos a Rafa Nadal, su gran ídolo, Novak Djokovic, el número uno del mundo, y Sasha Zverev, el vigente ganador del torneo.

Justo una semana después de ganar el Godó y situarse entre las diez mejores raquetas del mundo, con 19 años cumplidos durante el Mutua Madrid Open, el de El Palmar (Murcia) reconoció divertirse jugando contra las grandes figuras con un tenis en el que se mezcla la potencia de sus golpes con la sutileza de unas dejadas solo al alcance de muñecas privilegiadas como lo fueron las de Santana, Nastase o McEnroe. Si bien las dos victorias en tres sets contra Nadal y Djokovic rozaron el dramatismo, especialmente la del serbio, en la final rompió tres años de imbatibilidad de Sasha en el Caja Mágica, ganador en las dos ediciones anteriores, en un final de apenas una hora de duración, por 6-3 y 6-1. Tras esta irrupción espectacular, Alcaraz presenta su candidatura a ganar la próxima edición de Roland Garros, así lo han reconocido sus propios rivales y más cuando se observa la naturalidad que muestra en su discurso a la hora de celebrar las victorias, con una madurez impropia de un chaval de su edad. En este sentido, el tutelaje de su entrenador Juan Carlos Ferrero, que dirige su carrera desde hace tres años, desempeña un papel fundamental a la hora de mantener la cabeza en su sitio, sin que la euforia le emborrache.

Tras esta nueva victoria, la quinta de la temporada, escalará hasta la sexta posición del ranking de la ATP. Si alguien ha venido a llamar la puerta del

Federer-Nadal-Djokovic, este es indudablemente Alcaraz, dispuesto a marcar toda una época del tenis mundial. El propio Rafa ya lo ha señalado como su más claro sucesor, como en su día lo hizo Santana con Orantes, de “Súper Manuel a Manolo”. Todo un relevo generacional, con la diferencia desfavorable para el campeón de La Salut que sus triunfos tuvieron más valor que los de su maestro porque los obtuvo ante las mejores raquetas del momento (Borg, Connors, Vilas, Smith, Nastase y tantos otros), mientras que Santana se benefició de la separación entre amateurs y profesionales que dividía al tenis en aquellos tiempos.

Ahora con Alcaraz el relevo esta servido. Entró, entró…