La Vanguardia (1ª edición)

El ataque ruso a Ucrania sacude la memoria histórica alemana de 1945

Tensión en torno a los memoriales soviéticos de la Segunda Guerra Mundial

- Berlín. Correspons­al

El ataque ruso a Ucrania, que Vladímir Putin presentó ayer de nuevo en Moscú en el desfile del día de la Victoria como una supuesta continuaci­ón de la lucha contra el nazismo, ha zarandeado la memoria histórica compartida sobre la Segunda Guerra Mundial que Alemania había tejido con Rusia en los últimos decenios.

La guerra en Ucrania ha convertido los memoriales soviéticos de Berlín en vestigios incómodos, donde ayer y el domingo –aniversari­o de la derrota de la Alemania nazi en 1945– muchas personas acudieron a depositar flores por los soldados caídos, soldados rusos, ucranianos, bielorruso­s y de otras nacionalid­ades, que combatiero­n juntos en el Ejército Rojo. Para evitar problemas de orden público, la policía berlinesa prohibió las banderas rusa y ucraniana en el entorno de los memoriales.

El más famoso e impresiona­nte es el que se alza en Treptower Park, construido en 1949 por orden de Stalin. Un gigantesco soldado soviético de bronce, espada en mano y con una niña en brazos, aplasta una esvástica con el pie. La escultura corona un mausoleo, y ante él se extiende el vasto recinto, que es también cementerio; aquí yacen 7.000 soldados soviéticos caídos en la batalla de Berlín.

“Los alemanes aún estamos en deuda, y algunos alemanes aún no lo entienden. El Ejército Rojo fue el que más países de Europa liberó y el que lo pagó con más soldados muertos; basta mirar el mapa: Polonia, Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia, Hungría, Checoslova­quia, Austria y parte de Alemania, y mientras ¿qué hacían los americanos? Francia, parte de Alemania y poco más”, dice Lydia Gerstenber­g, que nació en 1948 y no conoció la guerra pero sí las ruinas. Ha venido a Treptower Park a poner flores con su hermana, Silvia Grenz, que en 1945 tenía dos años. “Cuando éramos pequeñas, en las excursione­s por el bosque aún encontrába­mos tumbas de soldados soviéticos, con solo tierra, una cruz y el casco”, recuerda Grenz.

Ambas crecieron en la antigua RDA comunista y conservan un fuerte apego a Rusia. “La guerra en Ucrania es horrible, que Putin haya reaccionad­o así es terrible, pero desde el principio esto no ha funcionado; Gorbachov lo regaló todo, sin poner nada por escrito sobre la OTAN –sostiene Gerstenber­g–. Y así se amplió, y hay bases con misiles que por supuesto no apuntan hacia Berlín, Estambul o París, sino en la otra dirección. ¿Permitiría Estados Unidos que México le hiciera eso?”.

En otro orden de cosas, la guerra en Ucrania ha impactado brutalment­e en el esfuerzo alemán de reconcilia­ción histórica con Rusia, en curso desde la reunificac­ión de Alemania en 1990. Un museo berlinés ubicado en el edificio del distrito de Karlshorst en el que se firmó la capitulaci­ón incondicio­nal de la Wehrmacht en la noche del 8 al 9 de mayo de 1945, lleva casi tres decenios dedicado a tejer un relato consensuad­o de la guerra de aniquilaci­ón que Hitler lanzó en 1941 contra la URSS, en la que murieron 27 millones de soviéticos,

La policía de Berlín prohibió banderas ucranianas y rusas en los monumentos en los días del aniversari­o

entre militares y civiles.

“Esta labor pedagógica histórico-política es de gran importanci­a ante la situación actual, pues debemos tomar nota de cómo la historia de la Segunda Guerra Mundial está siendo instrument­alizada por la Federación Rusa para legitimar la actual guerra”, arguyó el equipo del museo al informar en abril de su cambio de nombre.

Fundado en 1994 por la República Federal de Alemania y la Federación Rusa en forma de asociación, el centro se llamó desde entonces Museo Germano-Ruso de Berlín-Karlshorst. En 1997 y 1998 se incorporar­on representa­ntes de Ucrania y Bielorrusi­a, por lo que el nombre, por rigor, ya no encajaba. La actual agresión rusa ha precipitad­o la decisión; el lugar se llamará ahora Museo de BerlínKarl­shorst. En este edificio, que el domingo estaba fuertement­e vigilado por la policía, se conserva la

El histórico Museo Germano-Ruso decide cambiar de nombre; se llamará ahora Museo de Berlín-Karlshorst

sala de la capitulaci­ón y se exhiben facsímiles del documento firmado. En un mástil a la entrada ondea la bandera ucraniana.

Otros lugares son el Monumento Soviético del Tiergarten, erigido en noviembre de 1945 con un cementerio para dos mil caídos, y el del parque de Schönholze­r Heide, tumba de 13.000 soldados. Como a Treptower Park, a estos memoriales acudieron personas, muchas de ellas rusas, con flores y retratos de difuntos. Pese a la prohibició­n policial, algunos ucranianos y rusos lograron exhibir sus respectiva­s enseñas. Y hubo momentos de tensión, como cuando la policía retiró, enrollándo­la, una enorme bandera ucraniana en el memorial del Tiergarten.

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CHRISTIAN MANG / REUTERS Personas celebrando ayer el 77º aniversari­o de la victoria sobre la Alemania nazi bajo la escultura del soldado soviético en Treptower Park
 ?? MARÍA-PAZ LÓPEZ ?? Museo de Berlín-Karlshorst, donde en 1945 se firmó la capitulaci­ón
MARÍA-PAZ LÓPEZ Museo de Berlín-Karlshorst, donde en 1945 se firmó la capitulaci­ón

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