La Junta Electoral de Andalucía rechaza sumar a Podemos y se inician las tensiones para la integración
Andar a la pata coja no es una actividad de alto riesgo. Salvo si la haces al borde de un precipicio. Los malentendidos y torpezas de la candidatura conjunta de la izquierda andaluza no habrían causado daño alguno si se hubieran producido 24 horas antes. Pero ejecutados del pitido final –como bien aprendió Florentino Pérez, cuando negociaba la adquisición de David de Egea en 2015– van a suponer un quebranto, cuando menos económico, para Podemos. “Podemos ha heredado lo peor de IU”, decía una fuente de la coalición el jueves, aludiendo al agonismo como táctica.
La Junta Electoral andaluza resolvió ayer que Podemos no tiene derecho a integrarse en la candidatura conjunta de IU, Más País,
Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz. Si la Junta Electoral Central, ante la que cabe un último recurso, no rectifica, los candidatos de Podemos tendrán que integrarse en Por Andalucía como independientes, lo que no conlleva otro dolo político que el del amor propio, pero supone una merma de recursos para la formación, al no tener candidatura.
Los relatos sobre el sainete de los últimos minutos de negociación del pasado viernes, al filo de la medianoche, son un reparto de culpas mutuas sobre lo que cada representante se suponía que tenía que haber llevado hasta el registro de la Junta Electoral, pero varias fuentes narran que el intento final de subsanar la firma de Podemos digitalmente no puedo llevarse a efecto por un problema de actualización en uno de los equipos. El caso es que a las 00.57 h se registró ante la Junta el documento físico de alianza sin Podemos. Un minuto después, a dos de cerrarse el registro, la formación morada remitió la firma digital
Díaz desvincula su proyecto del lío andaluz y lamenta: “Estas son las cosas que alejan a la ciudadanía”