La Guardia Urbana grabará las actuaciones conflictivas
La policía local de Barcelona dispondrá a partir de mañana de 43 dispositivos y alcanzará los 107 en verano
La pandemia aplazó casi dos años el proyecto de dotar con dispositivos de grabación de vídeo a los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona. Ahora sí. Tras una nueva prueba piloto, complementaria de la que ya se realizó en verano del 2019, este miércoles 42 policías de Ciutat Vella llevarán en el pecho, incorporada a la uniformidad, una cámara con la que podrán grabar, con buena imagen y sonido, las intervenciones conflictivas. En junio, la cifra de dispositivos repartidos entre los diez distritos y las unidades centralizadas, alcanzará los 107.
Cualquier policía destinado en la calle, indistintamente del uniforme que vista, responderá con un entusiasta y convencido “sí” cuando le pregunten si le gustaría llevar una cámara para dejar constancia de las actuaciones más difíciles y controvertidas. Como ayer recordó el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, la medida es una vieja petición de todos los sindicatos profesionales y, por tanto, una garantía para ellos y para los ciudadanos que deseen cuestionar determinadas actuaciones policiales.
Basta echar un vistazo a las policías de alrededor para comprobar que el uso de los dispositivos de vigilancia unipersonales funcionan. En Sant Adrià de Besòs arrancaron en el 2018 con un dispositivo y ya en el 2019 trabajaban con cuatro, que de manera
Los guardias se han formado sobre las situaciones en las que podrán grabar y cómo gestionar las imágenes
aleatoria utilizan los guardias de cada turno. En el caso de la Guardia Urbana, sus responsables tiene claro que las repartirán principalmente en aquellas patrullas que están expuestas a situaciones conflictivas. Y esos son las que están circulando a requerimiento de las llamadas que reparten los operadores del 112.
Todos los policías que tengan acceso al uso del dispositivo rechos cibirán una formación en las que se deja muy claro en qué situaciones se puede utilizar, en la que se hace hincapié en la necesidad de advertir con voz alta y clara que empiezan a grabar.
Todas las grabaciones están sujetas a un rígido protocolo que protege las imágenes y su uso. Los dispositivos impiden cualquier manipulación de la secuencia. Las grabaciones se descargan, en su totalidad, en un servidor único al que solo acceden determinados mandos de la policía autorizados para esa función. Las imágenes se guardarán tres meses y solo las de interés policial se incorporarán al atestado que se entrega al juez.
Las imágenes servirán de igual manera para garantizar los dereciales de los funcionarios y también los de los ciudadanos. Servirán de prueba en un juicio contra los ciudadanos, para contrarrestar presuntas denuncias falsas contra los policías y para documentar casos de malas praxis.
Como sucede en los dispositivos que utilizan los Mossos d’Esquadra para documentar entre otras actuaciones el uso de las pistolas Taser, las cámaras elegidas por Barcelona disponen de un sistema buffering que recupera los treinta segundos anteriores al momento en el que el agente presiona el dispositivo de grabar. El proyecto tiene un coste de 386.000 euros y el modelo elegido es el mismo que el de la policía catalana, que tiene en la calle 134 dispositivos.c