La Vanguardia (1ª edición)

El escándalo de Jimmy Savile

- Francesc Puig

Cómo pudo un pedófilo que estaba en la primera línea mediática engañar a todo un país durante más de medio siglo? Es la pregunta que a uno le da vueltas y vueltas mientras ve la serie documental Jimmy Savile: Una historia británica de terror, de Netflix, sobre la trayectori­a de esta estrella televisiva de la BBC que cautivó desde 1955 a todos los británicos con su excentrici­dad y filantropí­a. Fue presentado­r de numerosos programas como el icónico Top of the tops o Jim’ll fix it, donde ejercía como una especie de Papá Noel que cumplía los sueños que los niños le pedían por carta. También organizaba con éxito campañas de caridad para orfanatos u hospitales, donde además trabajaba voluntaria­mente como celador. Un tipo aparenteme­nte genial al que su popularida­d le abrió todas las puertas y sobre el que nadie sospechó que en realidad era un depredador sexual.

Ya en los últimos años de su vida, con la aparición de internet y las redes sociales, surgieron y se extendiero­n rumores sobre su escandalos­a vida privada, de la que él rehusaba siempre hablar. Y cuando le preguntaba­n sobre esos rumores, tiraba de ironía y sentido del humor para desmentirl­os. Pese a que se presentaro­n tres denuncias en el 2007 y que fue interrogad­o por la policía, el engaño persistió y cuando falleció en el 2011, toda Gran Bretaña se conmocionó y le despidió como si fuera un miembro de la realeza británica.

Pero diez meses después, un documental de la ITV hizo saltar el escándalo y Savile pasó de ser tratado como un tesoro nacional a ser uno de los hombres más vilipendia­dos por la opinión publica. Empezaron a llover denuncias. Hasta más de 400 se contabiliz­aron por delitos sexuales cometidos entre 1955 y el 2009, desde abusos y tocamiento­s inadecuado­s a agresiones y hasta violación. Las víctimas fueron sobre todo niñas vulnerable­s o de entornos problemáti­cos, y se cometieron en colegios, orfanatos, hospitales e incluso en los estudios de la BBC.

Cualquiera que hubiera hecho lo que hizo Savile, hubiera pasado años en la cárcel. ¿Cómo fue posible tanto silencio? Su fama salvó su status, como responde una de sus víctimas: “¿Quién iba a creer a chicas de reformator­io si a Jimmy le había bendecido el Papa, era amigo del príncipe Carlos, de la princesa Diana y de Margaret Thacther? Otro testimonio afirma que, a sus 54 años, aún se siente mal y cómplice de aquello por no haber gritado o no haberlo explicado a su madre. También estremece cómo una chica revela que Savile le prometió que, a cambio de sexo oral, ella y sus amigas podrían aparecer en su programa de televisión. “Lo hice. Tenía 14 años”.c

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