La Academia de Cine pone en marcha sus actividades en Barcelona
El proyecto incluye preestrenos y coloquios dirigidos a los académicos
La Academia de Cine inició ayer sus actividades en Barcelona a través de un ciclo de preestrenos y coloquios dirigidos a los académicos catalanes que nace de la necesidad de que las actividades de la institución puedan llegar a otras ciudades más allá de Madrid. “Es un proyecto que estaba en nuestros planes desde hace tiempo pero ha tardado en ponerse en marcha porque es complejo”, explica a este diario Mariano Barroso, presidente de la institución. Él no pudo estar en la puesta de largo de esta etapa a la que dieron la bienvenida los vicepresidentes de la Academia Rafael Portela y Nora Navas y que contó con la proyección en la Filmoteca de Catalunya de Cinco Lobitos, la película de Alauda Ruiz de Azúa ganadora de la Biznaga de Oro en el festival de Málaga. Tras el pase, la directora de este drama sobre la maternidad y la cineasta Isabel Coixet mantuvieron un coloquio con los asistentes.
El director, guionista y productor español opina que esta iniciativa es “fundamental y necesaria para llegar a todos los académicos en Barcelona.
Habráactividadesqueserealizaránen espacios más amplios”, añade Barroso, quién agradece el apoyo de la Filmoteca en este proyecto. “No se trata solo de proyectar una película y hacer una muestra de largos, cortos o documentales, se trata de que de las actividades participen cineastas y que haya encuentros entre los académicos y el público”. El 23 de mayo habrá otro preestreno, el de Costa Brava, Líbano, cuya coguionista, Clara Roquet, conversará con los asistentes tras la proyección.
Las actividades se desarrollarán “en principio cada dos semanas pero la idea es hacer una semanalmente y con una periodicidad mayor. En Madrid tenemos actividades todos los días y espero que en un futuro se mantenga el proyecto”, dice Barroso en relación a la candidatura que resulte ganadora en las elecciones del próximo 4 de junio para las que se postulan la productora Valérie Delpierre, la actriz Luisa Gavasa, la directora de fotografía Teresa Medina y el director Fernando Méndez-Leite. “Es la primera vez que se presentan tantas candidaturas y me parece que es muy sano para el ejercicio de democracia y transparencia”.
Al hacer balance de sus cuatro años al frente de la institución, se muestra “muy satisfecho por el apoyo y la respuesta que hemos encontrado. Desde fuera se puede pensar que la Academia lo único que hace son los Goya, que es la punta del iceberg de una actividad diaria que está llena de proyectos que hemos puesto en marcha, como el programa de Residencias, el campus de verano o lograr que la Academia sea un lugar de encuentro y debate”. Y sobre si volvería a repetir en el cargo, apunta que “la presidencia de la Academia requiere un nivel de entrega muy alto. Si un día al año te pones el esmoquin, los otros 364 toca ponerse el mono de trabajo. Ahora mismo estoy con varios proyectos, pero sí, no descarto en algún momento volver de nuevo porque ha sido muy agradable y hermoso estar ahí”, concluye.c
Mientras curioseaba en una librería, recordé un viejo artículo de Geneviève Idt en que definía a Jean-Paul Sartre como “un maître-préfacier”, es decir, como un maestro prologuista o, más coloquialmente, atendiendo al doble sentido de maître en francés, como un puto amo de los prólogos. Cuando se publicó este artículo, Sartre, que aún vivía, ya había fabricado una cincuentena y había pulverizado los récords de producción de destacados maîtres-préfaciers difuntos como Anatole France o Paul Valery. El catálogo que legó a los lectores no tan solo está muy surtido, sino que, además, ofrece un muestrario de piezas bien diversas. Encontramos prólogos que aprovechan la reedición de clásicos para revisitarlos con una mirada interesadamente actualizada. Prólogos alimenticios para guías turísticas. Prólogos que apadrinan desde las alturas autores noveles o en proceso de consolidación y ofrecen el modo de empleo para la lectura de sus libros. Prólogos que promueven la rehabilitación de viejos amigos lanzados a la papelera de la Historia por el Partido Comunista. Y también prólogos que ponen en escena una convergencia táctica con el maoísmo. O que se ensartan como perlas para realizar, como si fuera un collar, un manifiesto coral del anticolonialismo, al que se quiere dotar de un canon y una teoría.
Idt describía a Sartre como un “cacique de la promoción”. Es una denominación afortunada porque no solo caracteriza con acierto uno de los papeles que el autor de La náusea interpretó en la sociedad literaria de su tiempo, sino también porque ofrece una perspectiva esclarecedora para la observación del fenómeno cada vez más visible de nuestros nuevos maîtres-préfaciers, que, en algún caso, pese a competir en categorías de menos peso, llevan camino de batir los estratosféricos registros sartrianos. Lo que caracteriza a un cacique es la influencia basada en la capacidad de ejercer un control y en el establecimiento de redes clientelares a través del intercambio de favores y la posición que el reconocimiento de esta capacidad de influir le confiere. Por sus prólogos, los reconoceréis.
En Las condiciones sociales de la circulación de las ideas, Pierre Bourdieu defendió socarronamente la necesidad de una sociología comparada de los prefacios considerados como actos típicos de transferencia de capital simbólico. El método que proponía era sencillo. Se trataba de ver cómo podía concretarse en las cuentas de resultados respectivas la circulación de este capital cada vez que un autor X hacía un prefacio para un autor Y, considerando sus posiciones relativas en el ecosistema político-cultural y el valor y la significación que el público podía atribuir a sus perfiles y obras. La aplicación de este método convierte el acto de mirar las portadas de los libros de los expositores de las librerías en un entretenido ejercicio indiciario de sociología cultural y política y en un estudio de campo de estrategia aplicada.
Mariano Barroso, que acaba su mandato en junio, no descarta volver algún día: “Ha sido muy agradable y hermoso”
El cacique basa su influencia en la capacidad de establecer redes clientelares