JxCat se baja del pacto por el catalán y tensa la cuerda con ERC en el Govern
Esquerra valora aprobar la reforma de la ley de Política Lingüística sin su socio
Tanto fue el cántaro a la fuente, que al final se rompió. La reforma de la ley de Política Lingüística que pactaron a finales de marzo ERC, Junts, PSC y En Comú Podem estaba en la unidad de vigilancia intensiva desde que nació, pero entró en coma ayer, cuando Junts anunció que se descolgaba. La formación explicó, tras varias semanas de negociaciones discretas y un runrún constante, que no participaría en esa reforma al considerar que carece del consenso que exigen el sector educativo y las entidades que promueven el catalán, y que la fórmula inicial es ya insuficiente, a su parecer, para blindar la inmersión lingüística en las escuelas tras el último pronunciamiento judicial.
El asunto, esencial en la política catalana, y troncal para las filas independentistas y el Govern de la Generalitat, ha acabado por añadir más tensión al saco de discrepancias entre los dos socios del Ejecutivo catalán, esta vez sin necesidad del concurso de la CUP, que desde el principio irrumpió en el debate con una propuesta propia. Si Junts acusó ayer de “deslealtad” a los demás miembros del pacto inicial, del que la formación se desmarcó solo unas horas después, los republicanos consideraban que la posición de su socio era “partidista”.
Con el consenso hecho añicos, todos señalan como responsable a Junts a la par que lanzan la pelota al tejado de ERC. Los republicanos quieren un pacto con su socio y transitarán por esa vía hasta agotar el plazo, que calculan que expira al final de mes, a la luz del último auto del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), que insta al cumplimiento de su sentencia sobre el 25% de castellano en 15 días hábiles.